El final del imperio del inglés

 

Nicholas Ostler vaticina la decadencia de la última lengua franca. El estudioso afirma que el nacionalismo lingüístico y el desarrollo tecnológico acabarán con última lengua franca de la Historia de la Humanidad

22.12.2010
El arameo, el persa, el fenicio, el griego, el latín (por supuesto), el árabe, el francés hasta hace un par de generaciones... Todos fueron alguna vez el idioma global del momento, el idioma de idiomas, esa segunda lengua que hablaba todo el mundo y con la que todo el mundo se entendía. Lo mismo que representa el inglés para nosotros, para que nos entendamos.

Y ahora, también la universalidad del inglés está tocada. Eso, al menos, afirma el historiador británico Nicholas Ostler en su nuevo ensayo, 'The last lingua franca: English until the return of Babel' (Walker & Company). Y ese título lo entendemos todos con nuestro 'global english' de andar por casa, ¿verdad?.

La tesis de Ostler está expuesta en la edición de la revista 'The Economist' de esta semana: a pesar del enorme éxito del inglés, su condición no ha trascendido más allá de la de segunda lengua. Mil millones de personas lo hablan, pero 'sólo' 330 milllones lo tienen como idioma nativo. Y la cifra está estancada. En amplias regiones de África y en países como Sri Lanka, su uso va a menos. Y en los Países Bajos, donde, en un momento dado se planteó que el inglés fuera el idioma vehicular de toda la educación, el neerlandés ha sobrevivido.

O sea, que la creencia de que nuestros nietos serán todos hablantes nativos de inglés es falsa, ya que el resto de los idiomas del mundo se defienden bien. Ostler habla abiertamente de "nacionalismo moderno" para explicar ese fenómeno.

La segunda pata en su argumentación tiene que ver con el desarrollo de la inteligencia digital. ¿Cuál será la lengua franca que sustituirá al inglés? El chino, tan complicado para los extranjeros y fragmentado? ¿El español? ¿Hay alguna esperanza para el esperanto?

Frío, frío. La tesis de Ostler sostiene que no habrás máas lenguas francas, ya que los ordenadores harán de traductores en tiempo real. Por eso lo del Babel del título.