
Mostrando postagens com marcador Japão. Mostrar todas as postagens
Mostrando postagens com marcador Japão. Mostrar todas as postagens
ENTREVISTA: KENZABURO OÉ
Premio Nobel de Literatura 1994
"Japón ha entrado en una nueva era"
Philippe Pons, Tokio
18/03/2011
El escritor, una de las conciencias de Japón por su fidelidad a los valores sobre los que el país se reconstruyó tras la Segunda Guerra Mundial, recuerda el deber de respetar la memoria de los fallecidos y la dignidad del hombre
El novelista Kenzaburo Oé, premio Nobel de Literatura en 1994, es una de las conciencias de su país. Siempre se ha mantenido fiel a los valores sobre los que se construyó el Japón de la posguerra. Se esfuerza con obstinación en recordar que la memoria es la base a partir de la cual se reflexiona sobre el presente. Nacido en 1935 en un pequeño pueblo de la isla de Shikoku, este hombre discreto es una voz ponderada y humanista de un Japón reducido a menudo a su cultura de masas o a sus productos. El autor de Notas sobre Hiroshima siempre se ha esforzado por vivir con dignidad.
Pregunta. En su opinión, ¿qué significado tiene la catástrofe que está viviendo Japón dentro de la historia moderna?
Respuesta. Desde hace unos días, los periódicos japoneses solo hablan de la catástrofe que estamos viviendo y la casualidad ha querido que uno de mis artículos, escrito la víspera del seísmo, se publicara en la edición vespertina del diario Asahi el 15 de marzo. En él evocaba la vida de un pescador de mi generación que había sido expuesto a radiación en el transcurso de una prueba de la bomba de hidrógeno en el atolón de Bikini. Yo lo conocí con 18 años. A partir de ese momento dedicó su vida a denunciar el engaño del mito de la fuerza de disuasión nuclear y la arrogancia de los que defienden su uso. ¿Sería un oscuro presagio el que me impulsó a evocar a aquel pescador justamente el día antes de la catástrofe? Lo cierto es que él había luchado también contra las centrales nucleares y había denunciado los riesgos que presentan.
Llevo mucho tiempo dándole vueltas al proyecto de revisar la historia contemporánea de Japón tomando como referencia tres grupos de personas: los fallecidos en los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, las víctimas de la radiación de Bikini (uno de cuyos supervivientes fue ese pescador) y las víctimas de las explosiones en las centrales nucleares. Si analizamos la historia de Japón desde el punto de vista de estos fallecidos, víctimas de la energía nuclear, su tragedia queda de manifiesto.
Hoy comprobamos que el riesgo de las centrales nucleares se ha hecho realidad. Sea cual sea el aspecto de la catástrofe que estemos descubriendo (y con todo el respeto que siento por los esfuerzos humanos desplegados para ponerle freno), su significado no da lugar a ninguna ambigüedad: la historia de Japón ha entrado en una nueva fase y, una vez más, estamos sometidos a la mirada de las víctimas de la energía nuclear, de esos hombres y mujeres que han dado prueba de un gran valor en su sufrimiento. La lección que podremos extraer del desastre actual dependerá de la firme resolución de no repetir los mismos errores por parte de aquellos a los que se les ha concedido el derecho de vivir.
P. Esta catástrofe aúna de manera dramática dos fenómenos: la vulnerabilidad de Japón a los seísmos y el riesgo que presenta la energía nuclear. El primero es una realidad a la que este país lleva enfrentándose desde la noche de los tiempos. El segundo, que amenaza con ser todavía más catastrófico que el seísmo y el tsunami, es obra del hombre. ¿Qué sacó en claro Japón de la trágica experiencia de Hiroshima?
R. La importante lección que debemos extraer del drama de Hiroshima es la dignidad del hombre, tanto de aquellos y aquellas que murieron al instante como de los supervivientes, afectados en carne propia, y que durante años tuvieron que soportar un sufrimiento extremo que espero haber podido plasmar en algunos de mis escritos.
Los japoneses, que conocieron el fuego atómico, no deben plantearse la energía nuclear en función de la productividad industrial, es decir, no deben tratar de extraer de la trágica experiencia de Hiroshima una receta para el crecimiento. Al igual que en el caso de los seísmos, los tsunamis y otras calamidades naturales, hay que grabar la experiencia de Hiroshima en la memoria de la humanidad: es una catástrofe aún más dramática que las naturales porque la provocó el hombre. Reincidir, dando muestras con las centrales nucleares de la misma incoherencia respecto a la vida humana, es la peor de las traiciones al recuerdo de las víctimas de Hiroshima.
El pescador de Bikini al que he mencionado anteriormente no dejó de exigir la abolición de las centrales nucleares. Una de las grandes figuras del pensamiento japonés contemporáneo, Shuichi Kato (1919-2008), hablando de las bombas atómicas y de las centrales nucleares sobre las que el hombre pierde el control, recordaba la célebre expresión de una obra clásica, Almohada de hierbas, escrita hace 1.000 años por una mujer, Sei Shonagon. La autora evoca algo que al mismo tiempo parece muy lejano, pero que en realidad nos queda muy cercano. Una catástrofe nuclear parece una hipótesis lejana, improbable, pero siempre nos acompaña.
P. Más de 60 años después de su derrota, parece que Japón ha olvidado los compromisos que adquirió entonces: el pacifismo constitucional, la renuncia a la fuerza y tres principios antinucleares. ¿Piensa que el desastre actual despertará una conciencia contestataria?
R. Cuando se produjo la derrota de Japón, yo tenía 10 años. Un año después se promulgó la nueva Constitución y al mismo tiempo se aprobó la ley marco sobre la educación nacional, una especie de reformulación en términos más sencillos de la Ley Fundamental destinada a que los niños la entendieran más fácilmente.
Durante los 10 años que siguieron a la derrota, siempre me pregunté si el pacifismo constitucional, un elemento del cual es la renuncia al recurso a la fuerza, y luego los tres principios antinucleares (no poseer, no fabricar y no utilizar armas atómicas), reflejaban bien los ideales fundamentales del Japón de posguerra. (...)
Japón reconstituyó progresivamente una fuerza armada mientras que los acuerdos secretos con Estados Unidos permitieron la introducción de armas atómicas en el archipiélago, vaciando de sentido los tres principios antinucleares oficialmente anunciados. Esto no quiere decir, sin embargo, que no se tuvieran en cuenta los ideales de los hombres de la posguerra. Los japoneses habían conservado el recuerdo de los sufrimientos del conflicto y de los bombardeos nucleares. Los muertos que nos miraban nos obligaban a respetar esos ideales. El recuerdo de las víctimas de Hiroshima y de Nagasaki nos ha impedido relativizar el carácter pernicioso de las armas nucleares en nombre del realismo político. Nos oponemos a ellas. Y al mismo tiempo, aceptamos el rearme de facto y la alianza militar con Estados Unidos. Ahí es donde reside toda la ambigüedad del Japón contemporáneo.
Con el correr de los años, esta ambigüedad, fruto de la coexistencia del pacifismo constitucional, del rearme y de la alianza militar con Estados Unidos, no ha hecho más que reforzarse ya que no dimos ningún contenido conciso a nuestros compromisos pacifistas. La confianza total de los japoneses en la eficacia de la fuerza de disuasión estadounidense permitió que la ambigüedad de la posición de Japón (país pacifista bajo el paraguas nuclear estadounidense) se convirtiera en el eje de su diplomacia. Una confianza en la fuerza disuasoria estadounidense que iba más allá de las divisiones políticas y que fue reafirmada por el primer ministro demócrata, Yukio Hatoyama, con ocasión del aniversario, en agosto de 2010, del bombardeo atómico sobre Hiroshima, mientras que el representante estadounidense subrayó más bien en su alocución los peligros de este arma.
Podemos esperar que el accidente de Fukushima permitirá a los japoneses reencontrarse con los sentimientos de las víctimas de Hiroshima y de Nagasaki y reconocer el peligro de todo lo nuclear, del que tenemos nuevamente ante nuestros ojos un trágico ejemplo, y poner fin a la ilusión de la eficacia de la disuasión preconizada por las potencias que disponen del arma atómica.
P. Si tuviese que contestar a la pregunta que plantea el título de uno de sus libros, Dinos cómo sobrevivir a nuestra locura, ¿qué diría hoy?
R. Escribí ese libro cuando había alcanzado la llamada edad de la madurez. Estoy en lo que llaman la tercera edad y estoy escribiendo "una última novela". Si logro sobrevivir a la locura actual, el libro que terminaré empezará con una cita del final de El infierno de Dante que dice más o menos: "Y después saldremos para volver a ver las estrellas".
"Estamos sometidos a la mirada de las víctimas de la energía nuclear"
"El riesgo de las centrales atómicas se ha hecho realidad"
"Espero que el accidente nos lleve a ver el peligro de todo lo nuclear"
"La importante lección del drama de Hiroshima es la dignidad"
© Le Monde Traducción de News Clips.
www.elpais.es/
Lévi-Strauss, perché i giapponesi lavorano al contrario
Anche gli artigiani esprimono la cultura "centripeta" del Paese. Le considerazioni del grande antropologo in tre lezioni inedite
Marco Belpoliti
22.12.2010
Il Giappone era un paese che interessava molto a Claude Lévi-Strauss. Ci aveva compiuto vari viaggi, in particolare negli Anni Ottanta, andando anche a visitare il suo gemello, la Corea del Sud.
Poi nell’aprile del 1986 la Fondazione Ishizaka lo invita a tenere tre lezioni intitolate: L’antropologie face aux problèmes du monde moderne. (L’antropologia di fronte ai problemi del mondo moderno). Rimaste a lungo inedite, salvo una traduzione parziale in giapponese, ora escono per la prima volta in una lingua occidentale, direttamente in italiano: Lezioni giapponesi (a cura di Lorenzo Scillitani, Rubettino, 14 euro, 150 pag.).
Si tratta di un testo in cui, davanti a un pubblico di orientali, il grande antropologo, scomparso centenario un anno fa, affronta una serie di scottanti questioni del contemporaneo: l’identità, il razzismo, la fecondazione assistita, il lavoro, l’alimentazione. La sua preoccupazione essenziale è quella di mantenere aperto il dialogo tra le culture senza che tuttavia si perdano le differenze tra loro: la diversità nell’identità.
.
Lévi-Strauss, autore del più bel libro di viaggi dell’ultimo secolo, Tristi tropici, apparso nel 1954, dedicato all’ascesa e al declino delle civiltà umane, oltre che ai ricordi della sua vita di antropologo e viaggiatore, è un critico acuto del melting pot, oggi uno dei capisaldi del «politicamente corretto», ed è anche nemico sia dell’assimilazione sia del conformismo culturale che sembrano diventati, nei ventiquattro anni trascorsi dai suoi interventi davanti al pubblico di Tokyo, realtà incontrovertibili della globalizzazione. L’asserto fondamentale da cui parte è che «ogni cultura particolare, e l’insieme delle culture, di cui è fatta tutta l’umanità, possa sussistere e prosperare solo secondo un duplice ritmo di apertura e di chiusura, sia sfasate l’una in rapporto all’altra, sia coesistenti nella durata».
L’antropologo de Il pensiero selvaggio spiega ai suoi ospiti che ogni cultura, per essere originale, deve essere fedele a se stessa, al prezzo di una certa sordità a valori differenti, verso cui deve restare insensibile in modo parziale o anche totale. Insensibile, ma non disattenta. Del resto, sei anni dopo queste affermazioni, Lévi-Strauss pubblica su Le Monde un articolo sulla cultura del Sol Levante, dove analizza la propensione degli artigiani giapponesi, ceramisti, falegnami, a compiere movimenti rovesciati rispetto a quelli occidentali: non dall’interno verso l’esterno, bensì da fuori a dentro; il c.entripeto giapponese contrapposto al centrifugo degli europei.
.
Lévi-Strauss, autore del più bel libro di viaggi dell’ultimo secolo, Tristi tropici, apparso nel 1954, dedicato all’ascesa e al declino delle civiltà umane, oltre che ai ricordi della sua vita di antropologo e viaggiatore, è un critico acuto del melting pot, oggi uno dei capisaldi del «politicamente corretto», ed è anche nemico sia dell’assimilazione sia del conformismo culturale che sembrano diventati, nei ventiquattro anni trascorsi dai suoi interventi davanti al pubblico di Tokyo, realtà incontrovertibili della globalizzazione. L’asserto fondamentale da cui parte è che «ogni cultura particolare, e l’insieme delle culture, di cui è fatta tutta l’umanità, possa sussistere e prosperare solo secondo un duplice ritmo di apertura e di chiusura, sia sfasate l’una in rapporto all’altra, sia coesistenti nella durata».
L’antropologo de Il pensiero selvaggio spiega ai suoi ospiti che ogni cultura, per essere originale, deve essere fedele a se stessa, al prezzo di una certa sordità a valori differenti, verso cui deve restare insensibile in modo parziale o anche totale. Insensibile, ma non disattenta. Del resto, sei anni dopo queste affermazioni, Lévi-Strauss pubblica su Le Monde un articolo sulla cultura del Sol Levante, dove analizza la propensione degli artigiani giapponesi, ceramisti, falegnami, a compiere movimenti rovesciati rispetto a quelli occidentali: non dall’interno verso l’esterno, bensì da fuori a dentro; il c.entripeto giapponese contrapposto al centrifugo degli europei.
Analizzando poi il termine uchi (casa, stanza riposta, interno), l’antropologo parigino osserva che la cultura di quel paese è una sorta di via intermedia tra l’occidente e le altre culture orientali. Il Giappone quale terza via: chiuso in se stesso ma assolutamente aperto verso le novità dell’occidente, un paese e un popolo «che non si è consegnato, mani e piedi legati, a un modello straniero, ma si è temporaneamente allontanato dal suo centro di gravità spirituale solo per poterlo meglio tutelare proteggendo la sua orbita», afferma nella terza delle lezioni, là dove si avvia alle conclusioni. .
Gli è perfettamente chiaro, lo dice invece nell’esordio, che la cultura occidentale si trova in una situazione di crisi, poiché ha perduto il modello che si era data da sé e non osa più offrirne alle altre. E fa una serie di esempi interessanti, esaminando quelli che sono i «fondamentali» delle culture umane (parentela, lavoro, residenza, alimenti), non senza aver specificato che lo sguardo dell’antropologo deve essere come quello dell’attore del Teatro No: «imparare a vedere se stesso come se fosse lo spettatore».
.
L’esigenza primaria delle civiltà umane è di riprodursi, ossia di conservarsi nella durata; per questo presso molti popoli non esiste la differenza tra la filiazione dipendente dal legame biologico e quella fondata sul legame sociale. Descrive alcune civiltà, e fa l’esempio dei Samo, nel Burkina Faso, in cui il primo figlio della coppia matrimoniale è generato dal rapporto tra la donna e l’amante ufficiale, che è obbligata scegliersi per due anni come preparazione al matrimonio stesso. .
.
L’esigenza primaria delle civiltà umane è di riprodursi, ossia di conservarsi nella durata; per questo presso molti popoli non esiste la differenza tra la filiazione dipendente dal legame biologico e quella fondata sul legame sociale. Descrive alcune civiltà, e fa l’esempio dei Samo, nel Burkina Faso, in cui il primo figlio della coppia matrimoniale è generato dal rapporto tra la donna e l’amante ufficiale, che è obbligata scegliersi per due anni come preparazione al matrimonio stesso. .
Uteri a prestito, coppie omosessuali che allevano figli, dopo aver praticato la fecondazione assistita, famiglie in cui i bambini sono figli di più madri e più padri, mostrano come i problemi morali sollevati in Europa negli ultimi anni siano il frutto di assolutismi che non valgono altrove, e che nei ragionamenti di Lévi-Strauss appaiono quali regole sociali relative alla nostra civiltà, non iscritte nel patrimonio biologico: la natura umana è il prodotto, da un lato, della biologia e delle sue costrizioni e, dall’altro, delle tradizioni e delle convenzioni che ci siamo dati. .
Il compito degli antropologi, chiosa il padre dello strutturalismo, è quello di mostrare i possibili «universali» della natura umana, e insieme d’indicare i possibili processi che possono svilupparsi, senza bollarli a priori come deviazioni da un ordine morale o perversioni.
.
Le parti dedicate al lavoro umano sono illuminanti: «l’uomo non è puramente e semplicemente spinto a produrre sempre di più». Le società primitive «ci insegnano che ci sono principi che permettono di convertire la quantità delle ricchezze prodotte in valori morali e sociali». .
.
Le parti dedicate al lavoro umano sono illuminanti: «l’uomo non è puramente e semplicemente spinto a produrre sempre di più». Le società primitive «ci insegnano che ci sono principi che permettono di convertire la quantità delle ricchezze prodotte in valori morali e sociali». .
Il suo è un insegnamento politico che viene da lontano, ma sembra guardare più lontano ancora, grazie alla sua consuetudine con i miti remoti. Davvero, nonostante siano trascorsi parecchi anni, queste lezioni non appaiono invecchiate. Ci permettono di gettare uno sguardo intelligibile verso il futuro anteriore che ci attende.
![]() |
Una "escena sexual extrema" |
Una polémica ley restringe en Tokio el manga con escenas sexuales «extremas»
A partir de julio de 2011 no se podrán vender cómics de elevado tono sexual a los menores de 18 años
Tokio
16.12.2010
La Asamblea Metropolitana de Tokio ha aprobado una ley que prohibirá, a partir de julio de 2011, la venta en la ciudad de cómics con escenas sexuales "extremas" a los menores de 18 años, en medio de una polémica en torno a la libertad de expresión.
.
La ordenanza hace un llamamiento a la industria del manga y el anime para prevenir que los menores adquieran o accedan a material en el que se representen violaciones y otros crímenes sexuales, así como el que promueva el incesto.
.
Desde el 1 de julio del próximo año, las editoriales tendrán prohibido vender a los menores aquellos cómics que sean calificados por el gobierno metropolitano de "libros malsanos" por su contenido sexual, informó la agencia local Kyodo
.
La medida ha desatado una fuerte polvareda en la industria del cómic y el anime, que ha denunciado que significa censura a la libertad de expresión y la creatividad de los dibujantes. Para mitigar las protestas, las autoridades tokiotas han incluido una cláusula, no vinculante, en la que enfatiza que aplicará la ordenanza "cuidadosamente" y tendrá en cuenta las expresiones artísticas y sociales.
.
La medida ha enardecido los ánimos en el sector hasta el punto de que la semana pasada diez editoriales, entre ellas algunas de las principales del manga en Japón, anunciaron que no participarán en la Feria Internacional de Anime de Tokio del próximo marzo, auspiciada por el gobierno metropolitano.
.
En la polémica intervino incluso el primer ministro japonés, Naoto Kan, que el lunes subrayó a través de su blog la importancia tanto de la educación de los jóvenes nipones como de la industria del cómic y anime, e instó "a hacer un esfuerzo" para evitar que la feria deba ser cancelada.
.
La medida promulgada es una revisión de una propuesta presentada el pasado marzo que pedía limitar a los mayores de 18 años la venta de cómics y anime que mostraran actos sexuales de personajes que aparentasen ser menores de edad. Aquella iniciativa fue finalmente fue rechazada en una votación en junio al oponerse el gobernante Partido Democrático, que tachó la ordenanza de demasiado "imprecisa".

JAPÃO
Las 48 chicas que arrasan en Japón
Las atractivas niponas, nuevos ídolos para los jóvenes en el país asiático
16.09.2010
La cultura japonesa nunca dejará de sorprendernos. Hoy en día y gracias a los blogs, son muchos los españoles que nos acercan su opinión desde el país del sol naciente. Uno de los más conocidos es Héctor García (para los amigos, Kirai) del que ya os hemos hablado en alguna otra ocasión.
Entre las últimas anotaciones de su bitácora nos ha llamado la atención el fenómeno musical del momento. Se llama AKB48 y está formado por 48 guapas y sonrientes jóvenes niponas, a las que la fama y la popularidad han elevado hasta la categoría de «idol». El nombre del grupo tiene su lógica, ya que está compuesto por 48 chicas y dividido en tres equipos: Team A, Team K y Team B.
Además, juega fonéticamente con la pronunciación japonesa (A-Ki-Ba), en referencia a Akihabara una zona del centro de Tokyo considerada la meca de la cultura Otaku, en la que el grupo tiene su centro de operaciones.
Cada uno de estos tres equipos se compone de 16 lindas celebridades lideradas por una de ellas. Tal y como cuenta Héctor, las jóvenes estrellas van rotando y una vez se hacen famosas se independizan, pasando a ser actrices, actuando en solitario o simplemente mostrando su bonita sonrisa en programas de televisión.
Para verlas en acción, a parte de las decenas de vídeos publicados en YouTube o en su web oficial, deberéis acercaros al teatro que hay en la octava planta del «castizo» centro comercial Don Quixote. Después, aprender los nombres de cada una, será materia de oposición.
www.abc.es/
16.09.2010
La cultura japonesa nunca dejará de sorprendernos. Hoy en día y gracias a los blogs, son muchos los españoles que nos acercan su opinión desde el país del sol naciente. Uno de los más conocidos es Héctor García (para los amigos, Kirai) del que ya os hemos hablado en alguna otra ocasión.
Entre las últimas anotaciones de su bitácora nos ha llamado la atención el fenómeno musical del momento. Se llama AKB48 y está formado por 48 guapas y sonrientes jóvenes niponas, a las que la fama y la popularidad han elevado hasta la categoría de «idol». El nombre del grupo tiene su lógica, ya que está compuesto por 48 chicas y dividido en tres equipos: Team A, Team K y Team B.
Además, juega fonéticamente con la pronunciación japonesa (A-Ki-Ba), en referencia a Akihabara una zona del centro de Tokyo considerada la meca de la cultura Otaku, en la que el grupo tiene su centro de operaciones.
Cada uno de estos tres equipos se compone de 16 lindas celebridades lideradas por una de ellas. Tal y como cuenta Héctor, las jóvenes estrellas van rotando y una vez se hacen famosas se independizan, pasando a ser actrices, actuando en solitario o simplemente mostrando su bonita sonrisa en programas de televisión.
Para verlas en acción, a parte de las decenas de vídeos publicados en YouTube o en su web oficial, deberéis acercaros al teatro que hay en la octava planta del «castizo» centro comercial Don Quixote. Después, aprender los nombres de cada una, será materia de oposición.
www.abc.es/

Japão
Um sumô amargo que passou da validade
por Mariana Pinheiro
17.07. 2010
O desporto japonês navega em águas turvas. Os recentes escândalos de apostas e extorsão trouxeram à tona novos problemas
Dois mil anos de rituais de purificações com sal não bastaram para afastar as tentações do homem para a eternidade. Os anciãos da prática de sumô não se lembraram de um pormenor: um dia o mundo tornar-se-ia moderno e as mulheres tentariam invadir os ringues sagrados para "profanar" propositadamente os locais que lhes são vedados por serem consideradas impuras ou inferiores.
Esse dia aconteceu em 2007. E quando algo acontece que foge à tradição, vaticina-se a morte de um lutador. Assim foi.
A Associação Japonesa de Sumô anunciou recentemente o afastamento de dezenas de lutadores por estarem envolvidos em apostas ilegais e extorsão de milhões de dólares - actividades maioritariamente organizadas pelos Yakuza, membros de organizações criminosas do Japão. Cerca de 65 dos 700 lutadores admitiram os casos de corrupção. Mais de um terço eram atletas de topo.
Também a cadeia de televisão nipónica NHK tomou medidas drásticas em relação aos escândalos que fizeram correr tinta na imprensa mundial. Cancelou, pela primeira vez na história da estação, a emissão do torneio de Verão. Um dos seis torneios que acontecem a cada ano e que se prolongam por 15 dias - cada lutador faz um combate por dia.
A rádio do grupo público NHK transmitiu ininterruptamente os combates desde 1928 e a partir de 1953 a televisão fez o resto. Os bilhetes ficaram por vender e os patrocinadores bateram em retirada.
Um azar nunca vem só e quando se descobre um problema, uma infinidade deles aparecem logo para fazer coro. Mitsutomo Furuichi, um lutador aposentado e membro de um gangue, é suspeito de ter extorquido 100 milhões de iénes (quase 900 mil euros) a Kotomitsuki, o número um do sumô japonês.
Em troca, Furuichi ficaria calado e não denunciaria o mau hábito das apostas de um dos mais respeitados lutadores do país. Kotomitsuki confirmou a versão. Admitiu, no entanto, ter pago "apenas" 3,5 milhões de iénes (mais de 300 mil euros) em troca da sua segurança e da sua família, cita o "The Observer".
Asashoryu, um outro lutador, forçou a retirada da competição, depois de ter partido o nariz a um homem à saída de um clube nocturno em Tóquio. Asashoryu estava embriagado e o escândalo rebentou poucos dias depois de vários atletas profissionais (sekitori) terem sido apanhados na posse de marijuana.
Em Dezembro do ano passado, um treinador foi condenado a seis anos de prisão por ter morto em 2007 o lutador do qual falamos no início no texto. Um miúdo de 17 anos que durante um treino de iniciação - prática recorrente que inclui castigos corporais e um modo de vida espartano - não resistiu aos ferimentos que lhe foram infligidos.
Chamava-se Takashi Saito e foi atingido na cabeça com uma garrafa e com um bastão de metal pelo mestre e por outros lutadores mais velhos por causa da sua "fraca atitude". Quando o corpo chegou à morgue para ser feita a autópsia, estava coberto de queimaduras de pontas de cigarro.
Antigamente os adolescentes oriundos de famílias pobres e das
zonas rurais eram entregues ao mestre. Viviam numa espécie de regime feudal nos primeiros anos: trabalhavam para poder comer. O sumô parou no tempo. Precisa de mudar de rumo, antes que acabe de vez.
http://www.ionline.pt/
Assinar:
Postagens (Atom)