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Sombras sobre Assange.
Firmado: un examigo


El exportavoz de Wikileaks, Daniel Domscheit-Berg, retrata en un libro recién publicado el lado oscuro de las finanzas, gestión y personalidad del editor australiano durante la etapa en la que trabajaron juntos


ÓSCAR GUTIÉRREZ
24.02.2011


Trata de justificar una cosa y demostrar otra. Justificar que la actitud de Julian Assange le llevó a dejar Wikileaks; y demostrar que, junto al australiano, fue el sostén de la web de filtraciones desde 2007. "Creíamos en los mismos ideales" se confiesa Daniel Domscheit-Berg (Alemania, 1978) estirando la memoria para acercar al lector a su primer encuentro con Assange en las páginas de Dentro de Wikileaks: Mi etapa con Julian Assange en la web más peligrosa del mundo (Crown Publishing). "Eramos iguales", "un equipo increíble", prosigue el otrora portavoz y número dos de Wikileaks en un tono de admiración hacia el hombre que le hizo dejar su empleo, coger el petate y tirar millas por media Europa; el individuo con el que compartió techo en Wiesbaden (Alemania), también en Islandia; el que creyó "amigo", pero sobre el que ahora levanta una sombra que llega al manejo de las finanzas, de los documentos, sus tics dictatoriales y su vida personal.


Cada uno de los episodios en los que aparece Assange, el hombre que ha puesto en jaque al Pentágono a través de la revelación de cientos de miles de documentos secretos, reaviva el interés de la lectura, poco mimada por la escritura (su versión original esta redactada en alemán y editada por el sello Econ Verlag). Sobre el carácter paranoico y autoritario del editor australiano ya habían corrido ríos de tinta desde que Washington le pusiera en la diana. Domscheit-Berg, que pese a todas sus reticencias a la manía persecutoria de Assange cambió su apellido por Schmitt, redunda en este apartado del carácter del exhacker con palabras para definirle como "dictador", "autócrata", "emperador" y "tratante de esclavos". Le compara incluso con el creador de la cienciología, Ron Hubbard, escritor de ciencia ficción que "acabó creyéndose sus historias". Y repite una frase que Assange le hizo llegar en abril de 2010, principio del fin de su relación: "Si la jodes, te perseguiré y mataré".


Amores y desamores al margen -sobra señalar que el libro construye la versión de una de las partes-, Dentro de Wikileaks destapa algunas medio verdades sin duda reveladoras de puño y letra de Domscheit-Berg. El informático alemán, en las páginas dedicadas a las finanzas de la organización, afirma que "nadie supo cuánto dinero fue depositado en Moneybookers -firma británica en la que Wikileaks tenía una cuenta para donaciones- y para qué se utilizó". Domscheit-Berg cuenta además que Assange abrió una segunda cuenta a su nombre a la que se podía acceder desde el apartado de donaciones de la web. Esta fue cerrada posteriormente, según relata el libro, por una investigación sobre blanqueo de dinero. El diario The Guardian -esto no lo cuenta Domscheit-Berg- publicó la correspondencia enviada por Moneybookers al australiano en la que se justificaba el cierre de la cuenta por encontrarse Wikileaks en una lista negra de EE UU.


"Nuestra primera pelea seria de verdad fue por dinero", reconoce el alemán quien, una vez que el grifo de las donaciones empezó a fluir, pidió a su entonces compañero de batalla que accediese a pagar sueldos a través de la Wau Holland Foundation. "Le expliqué a Julian -narra Domscheit-Berg- que no sería el único en tener acceso a los fondos (...) Me habría conformado con 2.500 euros brutos al mes". El australiano se negó a que Domscheit-Berg y los dos técnicos que trabajaban a tiempo completo en Wikileaks cobraran un salario. Y es aquí donde el informático destapa otra medio verdad: ¿Quién estaba detrás de Wikileaks? Assange -más pseudónimos como Jay Lim-, Domscheit-Berg, un técnico y el que llamaban "el arquitecto", un programador informático que también ha abandonado la organización. ¿Quiénes eran entonces esos miles de voluntarios de los que habló a este periódico en una entrevista en abril de 2010? "Ese número -revela el autor en el libro- incluía a cualquiera que hubiera firmado nuestra lista de correo. Gente que estaba en contacto con nosotros con la promesa de apoyar el proyecto. Pero no hicieron nada. Eran solo nombres. Ni siquiera nombres, solo números".

El pasado año, no obstante, Wikileaks unió a su lista de colaboradores nombres como Birgitta Jónsdóttir, Kristinn Hrafsson, Rop Gonggrijp, Herbert Snorrason... Solo Hrafsson sigue en la organización.

Domscheit-Berg, inmerso ahora en su nuevo proyecto, Openleaks, no muestra en su relato un ápice de duda sobre la veracidad de los documentos. Sí se sobrecoge, sin embargo, cuando recuerda la edición de los Papeles de Afganistán. El equipo, según la narración del alemán, fue consciente de que había que borrar por seguridad nombres citados en los documentos (91.000) solo cuatro días antes de su revelación, el 26 de julio pasado.

Domscheit-Berg se enteró durante una comida con dos periodistas, pero Assange evitó darle explicaciones a través del chat. Solución: trabajo contra el reloj y omisión de 14.000 informes delicados. Resultado: 100 nombres que debían haber sido tachados fueron publicados; Washington acusó a Wikileaks de tener "las manos manchadas de sangre", y la atención se desvió del contenido de los papeles.

Negligencias como esta, argumenta Domscheit-Berg, fueron las que abrieron las puertas a su salida. No sin antes llevarse consigo el sistema de recepción encriptada de documentos y los que entonces había en la plataforma esperando a ver la luz.

http://www.elpais.com/
EGITTO

Wikileaks: "Rivolta pianificata con gli Usa"e spunta il "manuale
della protesta"

Dai dispacci svelati dal sito americano emerge un documento che rivelerebbe un ruolo degli Stati Uniti dietro le proteste anti Mubarak, per arrivare alla deposizione del presidente e un cambio di regime entro il 2011. E ai giornali arriva un vademecum del rivoluzionario, con indicazioni su come muoversi in piazza. Con un consiglio: portare una rosa, per mostrare intenzioni pacifiche

ROMA - Un documento diplomatico segreto pubblicato da Wikileaks rivela che gli Stati Uniti, pur appoggiando in Egitto il governo di Mubarak, da almeno tre anni sostengono segretamente alcuni dei dissidenti che sarebbero dietro la rivolta di piazza di questi giorni. Secondo il dispaccio, la decisione farebbe parte di un piano per favorire un "cambio di regime" in senso democratico al Cairo, nel 2011. Dal 2008, gli Usa lavorerebbero quindi in segreto alla deposizione del presidente egiziano.

Gli Usa dietro la rivolta. Il documento proviene dall'ambasciata Usa al Cairo e risale al 30 dicembre 2008, ed è stato ripreso dal quotidiano inglese The Telegraph. In esso l'ambasciatrice, Margaret Scobey, dice che un "giovane dissidente" egiziano del movimento "6 aprile", il cui nome viene omesso, è stato aiutato dalla stessa ambasciata a partecipare a un incontro di dissidenti a Washington, il summit della "Alliance of Youth Movements". L'incontro, promosso dal Dipartimento di Stato, è avvenuto alla presenza di esperti e funzionari del governo americano. Al suo ritorno al Cairo - scrive il Telegraph - il dissidente egiziano ha rivelato ai diplomatici Usa che era stata formata un'alleanza fra gruppi di opposizione, con un piano per rovesciare nel 2011 il governo del presidente Mubarak. L'obiettivo del piano è installare un governo democratico in Egitto, prima delle elezioni presidenziali previste per il settembre di quest'anno.

Il dispaccio svelato da Wikileaks dice che "diverse forze di opposizione" egiziane avevano raggiunto un accordo per "appoggiare un piano non scritto per una transizione verso una democrazia parlamentare, con meno poteri al presidente della Repubblica, e più al primo ministro e al parlamento. Il tutto da portare a compimento prima delle elezioni presidenziali in programma nel 2011". Il documento rivela anche che il piano è "così delicato da non poter essere messo per iscritto" e che l'identità del dissidente va tenuta nascosta per evitare rappresaglie al suo rientro in Egitto. L'ambasciatrice Scobey, infine, si chiede se il piano, che definisce "non realistico", possa funzionare.

Il manuale della rivolta. Uno scudo e uno spray di vernice come equipaggiamento, e una rosa per dimostrare le proprie intenzioni pacifiche. E poi, obbiettivi molto chiari: "Prendere il controllo di significativi edifici governativi. Convincere elementi della polizia e dell'esercito a stare dalla parte del popolo. Proteggere i nostri fratelli e le nostre sorelle nella fase della rivoluzione". Il manuale della rivoluzione in Egitto non prevede armi, ma determinazione e accortezza e "intelligenza". Un vero e proprio vademecum della rivolta, fatto arrivare da blogger egiziani nelle redazioni del Guardian e di Atlantic: un manuale dettagliato di come comportarsi durante la protesta e quali fini perseguire. Non si indica come effettuare un colpo di Stato, ma come agire strategicamente secondo i dettami della "disobbedienza civile" per ottenere "la caduta di Hosni Mubarak e dei suoi ministri" e la formazione di "un nuovo governo non militare che abbia a cuore gli interessi degli egiziani".

Il piano d'azione della protesta, corredato da disegni esplicativi, prevede "il raduno di amici e vicini in strade lontane dal punto in cui sono concentrate le forze di sicurezza, e l'incoraggiamento ai passanti affinchè si uniscano al corteo (usando slogan positivi)". La divisa del rivoluzionario è così composta: giubbotto e cappuccio, vernice spray "da spruzzare sui poliziotti, se ci attaccano", scarpe con cui muoversi velocemente, scudo (che nel disegno assomiglia al coperchio di una pentola da cucina), occhiali protettivi, fazzoletto per proteggersi dai gas lacrimogeni. E poi, una rosa per mostrare le proprie "pacifiche" intenzioni. Il manuale indica, poi, come confrontarsi nel corpo a corpo con i poliziotti e con i blindati.
(29 gennaio 2011) © Riproduzione riservata
http://www.stampa.it/
El banquero suizo delata a los evasores fiscales en WikiLeaks porque está 'contra el sistema'

En la lista de presuntos evasores fiscales hay 40 políticos 
'Como banquero tengo el derecho de plantarme si hay algo que está mal' 

Foto - Julian Assange y Rudolf Elmer
19.01.2011

Londres.- El ex banquero suizo Rudolf Elmer ha entregado a uno de los fundadores de Wikileaks, Julian Assange, dos CD con una lista de 2.000 clientes sospechosos de evasión fiscal.
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"Estoy contra el sistema (...) Sé cómo funciona el sistema", dijo Elmer entre críticas a una red que, a su juicio, favorece el tráfico ilegal de dinero hacia cuentas en paraísos fiscales.
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Si bien no dio nombres, el ex banquero afirma que los discos compactos tiene información de unos 40 políticos, además de otros personajes públicos que proceden de "todas partes" del mundo.
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Elmer, procesado en Suiza por revelación de secretos bancarios, fue despedido en el año 2002 del banco Julius Baer, en el que dirigía las operaciones en las islas Caimán. Ya había entregado previamente información a Wikileaks, en el punto de mira por la revelación de apenas un 2,3% de los 250.000 cables que tiene del Departamento de Estado de Estados Unidos.
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"Creo como banquero que tengo el derecho de plantarme si hay algo que está mal", resaltó Elmer antes de puntualizar que quiere "hacer saber a la sociedad lo que yo sé".
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"Una vez que haya mirado los datos, habrá una revelación", ha señalado por su parte Assange, quien ya había advertido de que los bancos serían las próximas víctimas de las filtraciones de documentos. El australiano se encuentra actualmente en Londres en libertad bajo fianza y a la espera de que se resuelva su proceso de extradición a Suecia, donde está procesado por supuestos delitos sexuales.
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Está claro que Elmer es un "denunciante de buena fe", por lo que "tengo el deber de apoyarle en esto", agregó Assange.
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"He estado ahí. He hecho ese trabajo. Sé lo que es el día a día de este negocio", explicó Elmer al señalar lo importante que es que él mismo, un banquero, se identifique como la fuente de origen de los datos.

Juicio por filtrar datos bancarios a Wikileaks

Acusan a un banquero de vulnerar el secreto de sus clientes

28.01.2011
El ex banquero suizo Rudolf Elmer, quien entregó a Wikileaks los datos de 2.000 clientes sospechosos de evasión fiscal, acudirá hoy a una audiencia preliminar para la lectura de los cargos que se le imputan por vulnerar el secreto bancario, aunque no está relacionado con el caso de las filtraciones al portal.

Elmer podría enfrentar una pena de prisión de ocho meses y el pago de una multa de 2.000 francos suizos (1.549 euros) por solicitar dinero a cambio de facilitar información sensible sobre las cuentas de varios clientes en las islas Caimán, violar el secreto bancario y empresarial y amenazar a varios compañeros del banco Julius Baer.
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El pasado lunes, Elmer facilitó al fundador de Wikileaks, Julian Assange, dos discos duros con los datos de 2.000 clientes que podrían incurrir en un delito de evasión de impuestos. Según el suizo, entregó la información al portal después de que las autoridades suizas y alemanas se negaran a investigar el caso.
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No obstante, el Julius Baer considera que el comportamiento del banquero es una «vendetta» (venganza) por la negativa de la entidad a pagarle la cuantía de la indemnización que exigió tras ser despedido, en el año 2002.
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Por su parte, Elmer asegura que, junto a su familia, ha sido objeto de una «campaña de intimidación» para que aceptara el pago de 500.000 francos (387.289 euros) a cambio de su silencio. Además, alega que no ha violado el secreto bancario suizo, ya que las autoridades helvéticas no tienen jurisdicción en las Caimán.
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No es la primera vez que Suiza tiene problemas en este ámbito, ya que el año pasado tuvo que facilitar a Washington los datos de 4.450 clientes bancarios, en el marco de una investigación fiscal. Alemania también ha recurrido a su vecino para obtener información de ciudadanos sospechosos de evadir impuestos.

Los defensores del soldado Manning alertan sobre su deterioro mental y físico tras más de 200 días de aislamiento carcelario

Pedro Rodríguez, Washington
18.12.2010

El soldado Bradley Manning -la supuesta "garganta profunda" que habría hecho posible la masiva filtración de WikiLeaks- ha cumplido 23 años este viernes. Pero sin mucho que celebrar dentro de su pequeña celda en la base militar que los Marines tienen en Quantico, Virginia, a las afueras de Washington. Tras su detención el pasado mayo, el militar ha pasado más de 200 días bajo un régimen carcelario de completo aislamiento. Hasta el punto de que sus defensores empiezan a hablar del equivalente a tortura, denunciando serios problemas mentales y físicos.
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Manning se enfrenta a una corte marcial que le puede sentenciar a medio siglo de cárcel por presuntamente haber aprovechado su destino en Bagdad como especialista en inteligencia militar para diseminar todo el material que ha convertido en una celebridad a Julian Assange. Un torrente de secretos, algunos copiados en discos con carátula de Lady Gaga, que habría empezado con el vídeo de un helicóptero Apache de Estados Unidos disparando contra civiles iraquíes en el 2007. Material filtrado en abril por WikiLeaks.
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Entre los testimonios que confirman el deterioro de Manning figura el de David House, un informático de Boston que ha conseguido visitar al soldado dos veces al mes. Según House: "Durante las últimas semanas he notado un continuo retroceso en su bienestar mental y físico. Su prolongado confinamiento en una celda de aislamiento está teniendo incuestionablemente un impacto en su intelecto. Y la falta de ejercicio por las regulaciones de su prisión han afectado su apariencia física en una manera que sugiere debilidad".
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Prohibido hacer ejercicio
Bandeira Confederada: relíquia
Ante supuestos indicios de inestabilidad mental, Manning ha estado sometido desde que ingresó en prisión, primero en Kuwait y después en Virginia, a una vigilancia especial para evitar suicidios. Precauciones que ya no se le estarían aplicando. Pero los defensores del soldado, algunos de los cuales también se consideran presionados por las autoridades de Estados Unidos, insisten en que sus condiciones de prisión preventiva resultan tan injustas como punitivas al incluir la estricta prohibición de utilizar almohadas, sábanas, realizar ejercicio o recibir noticias.
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Su abogado, David Coombs, ha explicado a la publicación "Daily Beast" que salvo recibir algunos libros y una tarjeta de felicitación de su familia, la jornada de cumpleaños de Manning entre rejas ha sido como el resto de su dura encarcelación, din poder recibir visitas hasta el fin de semana. El letrado ha confirmado que el extenso periodo de aislamiento que sufre Manning está empezando a repercutir en la psicología de su cliente.
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Pide las memorias de Bush
Para sobrellevar su cautiverio, el militar goza de una hora de televisión, sin salir de su celda y nada de programas informativos. Su abogado le ha facilitado una suscripción a su revista favorita, "Scientific American". Y el preso también ha solicitado a su familia una curiosa lista de libros. Entre los títulos solicitados figuran "Decision Points", las recientes memorias de George W. Bush, "Crítica de la razón pura" y "Crítica de la razón práctica" de Emmanuel Kant, "Propaganda" de Edward Bernayse, "El gen egoísta" de Richard Dawkins, "La otra historia de Estados Unidos" de Howard Zinn, "El arte de la guerra" de Sun Tzu, "Los buenos soldados" de David Finkel o "De la guerra", el tratado militar del general prusiano Carl von Clausewitz.
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Cuando sale de su celda, Manning lleva siempre grilletes. Las pocas visitas que recibe se producen a través de una partición de cristal. Y las únicas personas con las que ha tenido un contacto más directo son sus carceleros, un psicólogo y su abogado. Estos dos últimos coinciden en que el soldado no sufre de problemas de salud mental y que no debería permanecer sometido a condiciones carcelarias tan estrictas con la excusa de garantizar su protección.
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El abogado de Manning ha advertido que su cliente piensa declararse inocente en su eventual juicio militar. Y este viernes, Julian Assange ha indicado que nunca se ha reunido o hablado con el militar procesado. Desmentido vinculado a los supuestos intentos de la Justicia de Estados Unidos de intentar procesar al fundador de WikiLeaks por un delito de activa conspiración para divulgar secretos oficiales. Entre el material estudiado por fiscales federales figuran presuntos contactos online entre Manning y Assange, además del supuesto acceso que el soldado tuvo a un servidor de WikiLeaks para volcar parte del material sustraído.


"Wikileaks sirve al ciudadano"
Ellsberg, que filtró documentos sobre la guerra de Vietnam, sufrió acoso como Julian Assange

Álvaro De Cózar
12.12.2010
Foto - Daniel Ellsberg, el hombre que filtró los Papeles del Pentágono a The New York Times en 1971.- AFP

Todos los ataques que reciben ahora Assange y Wikileaks fueron dirigidos contra mí cuando publiqué los Papeles del Pentágono". Es uno de los últimos mensajes de Daniel Ellsberg en Twitter. El más famoso filtrador de todos los tiempos ha estado muy activo en Internet esta semana. La red de mensajes cortos le ha servido para convertirse en uno de los mayores partidarios del fundador de Wikileaks, detenido en Londres y acusado de delitos sexuales en Suecia. También le ha ayudado a difundir sus recuerdos de aquellos años y contar cómo se convirtió de la noche a la mañana en un héroe de la libertad de prensa.
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Él fue lo que los ingleses llaman un whistleblower (denunciante); literalmente, el tipo que hace sonar las alarmas; el que avisa. Él fue quien avisó de que la mayor parte de lo que su Gobierno había contado sobre la guerra de Vietnam era una sarta de mentiras.
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"Recuerdo perfectamente la fecha en que decidí que los documentos debían publicarse. Fue el 30 de septiembre de 1969", dice Ellsberg al otro lado del teléfono. "Ese día, el Ejército retiró los cargos contra seis boinas verdes acusados de matar a un traductor al que creían agente doble. La CIA les denunció ante los mandos del Ejército pero todo se amañó para que nadie testificara. Yo conocía todas las mentiras del proceso y decidí que no quería formar parte de ese sistema". Al día siguiente, Ellsberg comenzó a fotocopiar las 7.000 páginas de documentos que después se conocerían como los Papeles del Pentágono.
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Ellsberg formaba parte de un equipo de analistas que llevaba desde 1967 preparando un informe enciclopédico sobre Vietnam, encargado por el secretario de Defensa, Robert McNamara. Cuando empezó a colaborar en el trabajo, todavía era un tipo convencido de la necesidad de la guerra y de sus medias verdades. Para McNamara, una especie de dios en el Departamento de Defensa, había encontrado, por ejemplo, argumentos para atacar al Vietcong con las fotos de sus atrocidades. Era un tipo listo y con imaginación para dar ideas y encontrar respuestas a las preguntas que se hacían sus jefes; una rueda dentada que encajaba perfectamente con el resto de la maquinaria de guerra estadounidense.
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Probablemente el desgaste de Ellsberg comenzara mientras escuchaba las extremadamente optimistas declaraciones del entonces presidente de Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, sobre la Guerra de Vietnam. La ofensiva vietnamita del Têt en 1968, que acabó en el corazón del mismo Saigón, había hecho desvanecer el mito de que Estados Unidos ganaba la guerra.
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Ellsberg estaba harto de guardar secretos y empezó a filtrarlos. Primero a políticos que no mostraron sensibilidad por el tema y luego al periódico The New York Times. Al igual que han hecho los diarios que están publicando el Cablegate -entre ellos EL PAÍS- la dirección del Times guardó el asunto en el más estricto secreto. Se llevaron los papeles a la suite del Hilton y allí los estudiaron. Los papeles probaban las mentiras sistemáticas sobre Vietnam, no solo a la opinión pública sino también al Congreso de Estados Unidos. Sobre todo, demostraban las artimañas de la Administración Johnson para hacer creer a todo el mundo que Vietnam era un peligro y no había más remedio que atacarlo.
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Los primeros artículos se publicaron el 13 de junio de 1971. Los intentos por parar las rotativas del Times cuajaron poco después, pero The Washington Post tomó el relevo. Sucedió lo mismo, se prohibió la publicación y otro periódico se hizo con los papeles. El Boston Globe, Los Angeles Times... 17 periódicos en total publicaron los informes. El 1 de julio, el Tribunal Supremo fallaba a favor de la prensa.
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Dos días antes, Ellsberg se había entregado y había admitido ser quien filtró los documentos. Kissinger dijo de él que era "el hombre más peligroso de Estados Unidos". "Hoy me habrían llamado terrorista", comenta Ellsberg, que señala que eso mismo es lo que han llamado a Assange y a Bradley Manning, el soldado de inteligencia que, según el Departamento de Estado, filtró los documentos a Wikileaks. "Si ha sido Manning, cosa que aún está por ver, yo me identifico con él. Defiendo a Wikileaks porque creo en el servicio que está haciendo a los ciudadanos".
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"El primer día de la publicación del Cablegate, me sorprendió que lo que publicó el Times no parecía de mucha importancia", señala. "El grado de confidencialidad de los papeles no es muy alto, pero sin embargo, sí que he visto historias que me han llamado la atención, como la de ese juez español, Garzón, y el hecho de que Estados Unidos tratase de frenar su investigación sobre Guantánamo".
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La semana ha sido larga para Ellsberg. Tiene 79 años y no ha parado de atender a medios y publicar artículos y comunicados como el que ha difundido para pedir el boicoteo a Amazon por dejar de hospedar a la página de Wikileaks en su servidor. Al mismo tiempo, ha seguido con sus mensajes en Twitter. Algunos de ellos son continuamente reenviados por muchos de sus casi 8.000 seguidores: "La mayoría de operaciones encubiertas merece ser divulgada por la prensa libre"; "he esperado 40 años para la publicación de documentos de esta escala"; "debería haber unos Papeles del Pentágono cada año"; "acabo de votar a Assange como personaje del año en la encuesta de la revista Time".
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"Es hora de que este país deje de tratar como héroes nacionales a los que roban secretos y los publican en periódicos". La frase es del presidente Nixon y aparece recogida en un documental sobre la vida de Ellsberg titulado con la sentencia de Henry Kissinger: El hombre más peligroso de América (2009). La declaración de Nixon bien podría sustituir muchas de las cosas que se han dicho estos días de Assange o Manning.
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Otro paralelismo con el Cablegate es la creación de una unidad específica para abordar las publicaciones. Clinton ha creado el War Room (sala de guerra) mientras que Nixon se inclinó por la unidad de los fontaneros, llamada así porque debían encargarse de las filtrac iones. Ese paso, según The New York Times, condujo al escándalo del caso Watergate y, en última instancia, a la dimisión del presidente. La manía de Nixon por grabar todo acabó sirviendo para tener un testimonio interesante sobre lo que un medio de comunicación puede suponer para un Gobierno.
Kissinger dijo de él que era "el hombre más peligroso de América". "Hoy me habrían llamado terrorista", dice Ellsberg
www.elpais.es

Manifestaciones mundiales en
apoyo al fundador de Wikileak

En ocho ciudades españolas también se están produciendo concentraciones bajo el lema «contra el terrorismo de Estado y los enemigos de la libertad»

Madrid
11.12.2010
Foto - Momentos de la concentración por Wikileaks en Madrid

La organización «Free Wikileaks» en apoyo al fundador de Julian Assange, el fundador de la plataforma detenido en Londres el pasado 7 de diciembre, ha comenzado a manifestarse hoy en ciudades de todo el mundo, bajo el lema «contra el terrorismo de Estado y los enemigos de la libertad».
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España no ha sido una excepción, y desde la 18:00 de este sábado hay convocadas concentraciones frente a la embajada británica de Madrid, los consulados del mismo país en Barcelona y Alicante, frente al Ayuntamiento de Sevilla, ante el consulado de Suecia en Valencia, en el Banco de España de Zaragoza y en la plaza de la Constitución de Málaga.
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Estas capitales españolas se unen así a las manifestaciones que se están celebrando en otras ciudades de América Latina y Europa como como Amsterdam, Buenos Aires, Sao Paulo, Bogotá, Lima o Ciudad de México, en cuyas respectivas embajadas del Reino Unido también se han convocado concentraciones para esta tarde.
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En el manifiesto hecho público «Free Wikileaks» en su web (http://freewikileaks.eu/), la organización pide la puesta en libertad de Assange -detenido en Reino Unido por una presunta agresión sexual-, el restablecimiento del dominio de Wikileaks (http://mirror.wikileaks.info/), la reposición de la cuenta de Assange en la entidad suiza PostFinance o la restauración de los servicios que prestaban VISA y Mastercard a Wikileaks.
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Declaraciones de «Free Wikileaks»
«Expresamos nuestro deseo -indica el comunicado- de que cesen las acciones orquestadas por parte de todos aquellos poderes gubernamentales que mediante coacciones y ataques están librando un conflicto contra dicha organización, temerosos del uso que ciudadanos anónimos hacen de su legitimo derecho a la libertad de expresión y al esclarecimiento y difusión de la verdad».
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Según los organizadores en defensa de Assange, la actual situación legal en la que se encuentra el fundador de Wikileaks se debe a un movimiento con el objetivo de desprestigiarle y facilitar, de esta forma, su extradicción a Estados Unidos para que sea juzgado por la revelación de los cables con información de la política exterior estadounidense.
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Piden una condena «por los actos de terrorismo de Estado que Wikileaks ha descubierto»
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El manifiesto demanda asimismo la apertura de «un proceso judicial contra aquellos responsables, que si se demostrase la veracidad de los hechos, cometieron crímenes o graves delitos revelados por filtraciones publicadas en Wikileaks».
El manifiesto concluye exigiendo una «repulsa por parte de todos nuestros dirigentes por los actos de terrorismo de Estado que Wikileaks ha descubierto».
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Los promotores de esta movilización reclaman que el Reino Unido deje en libertad a Assange, actualmente detenido en Londres, que está pendiente de una posible extradición a Suecia por un supuesto delito de abusos sexuales.
www.abc.es/

WikiLeaks cables: Anonymous declares
online war against companies

Shadowy group of 'hactivists' targets big US websites for Operation Payback as firms face web onslaught

Josh Halliday
10.12.2010
Foto - A 'hacktivist' claiming to be participating in Operation Payback, in New York. Photograph: Sipa Press/Rex Features

It is being described as the first great cyber war: an online collision between some of the world's greatest brands and a little-known, poorly understood group of "hacktivists" trying to bring down companies from the comfort of their bedrooms.

The hacker group behind the attacks goes by the name of Anonymous. This week it declared its goal to be "infowar" and said: "In war, there are bystanders that get hit."

As the name suggests, Anonymous is not a group with high-profile members. Its composition is multinational: a 16-year-old Dutch boy was arrested this week on suspicion of bringing down the websites of MasterCard and Visa in support of WikiLeaks. The family computer he is suspected of using has been seized.

Although its attacks seem co-ordinated, it is not clear who is leading the group and its members have only the faintest of ideas about its goals. Its most audacious effort, an attempt to bring down Amazon, was thwarted after members could not agree which site to attack next.

Described by one insider as "complex, puerile, bizarre and chaotic", Anonymous propelled itself into the public consciousness this week with a succession of attacks on major US institutions – but it has been striking fear into the heart of Scientologists and copyright enforcement agencies for years. Earlier this year, members forced the Ministry of Sound websites offline after the dance music group tried to prevent piracy of its catalogue.

Anonymous was born on the influential internet messageboard 4chan, a forum popular with hackers and gamers, in 2003. The group's name is a nod to 4chan's early days, when any individuals who posted to its forums and chose not to identify themselves were automatically dubbed "Anonymous". But the ephemeral group, which picks up causes "whenever it feels like it", has now "gone beyond 4chan into something bigger", an active Anonymous member told the Guardian.

Anonymous has no command structure. Members communicate using secure chat-rooms, the location of which constantly move to evade detection. The movement works through "organised chaos" where individuals post ideas and new targets to attack, and wait to see the response. Eventually popular ideas generate action.

The technique is simple. Members target a website with repeated requests to load its pages until the site under attack can no longer cope. A site can be hit with thousands of requests a second, and this week MasterCard was among the companies that found its website could not cope.

These are known as "distributed denial of service attacks" – DDoS, an acronym that is ubiquitous in the hacker community. Those wanting to participate download a special software package – LOIC, or low orbit ion cannon – which takes only a few minutes to be ready to use.
Coldblood, a British member, set up chat servers for Anonymous so the group could plan attacks on the Church of Scientology in January 2008 when it attempted to remove from the internet parts of an interview with Tom Cruise, its most famous member.

"The Scientology stuff was a couple of thousand people at its peak. But we've just seen it spiral into what it is now. It's actually astounding me that it's grown this quickly," says Coldblood.
Downloads of the LOIC software have grown 60-fold, from 390 to 23,479 in the last week.
For the targets, which this week also included the Swedish prosecution authority – which is pursuing sexual assault cases against WikiLeaks founder Julian Assange – and the PayPal payments system, it can mean their business is halted for hours if not days.

The Anonymous movement is approaching a tipping point in its campaign. So unwieldy, reactive and vitriolic is the group that members often turn their weaponry on each other. Factions "attack each other regularly," Coldblood says.

The group can swell and contract, splinter and re-form – then muster an illegal attack that severely disables expensively administered websites owned by multinational corporations. It is the newest form of anarchic rebellion.

"It is political activism to an extent," the 22-year-old hacker explains. "But lots of the people just do it for a laugh really – there's the whole mentality of 'did it for the lulz'." Lulz, for the uninitiated, is short for laugh out loud misspelt, but its meaning is closer to schadenfreude.
However, Coldblood believes that the days of sheer anarchism are numbered, and that Anonymous is becoming more organised. "Now it's moved more to the political side, which wants to take things a bit more seriously. It already has effectively split inside but it hasn't on the outside. You cut one section off and it'll grow back."

When their sites go down, multinational victims can do little but wait for the bombardment to subside – and invest in more attack-proof servers. Microsoft will next week release a tranche of security updates in an attempt to stem the propagation of DDoS attacks.

More than 1,000 sites are mirroring WikiLeaks to ensure it stays online in the face of capitulation attempts. The "infowar" has pitted amateur hackers against some of the western world's greatest institutions. But a more significant, perhaps fearsome, war would be one that succeeded in marshalling the full muscle and might of Anonymous behind its campaigns.
www.guardian.uk/


After the WikiLeaks cyber war,
what now for the web?

As hackers join the battle between WikiLeaks and the US government, Conservative blogger Iain Dale and open access campaigner Jim Killock take sides. Susanna Rustin moderates

Susanna Rustin
11.12.2010
Foto - Conservative blogger Iain Dale, left, and digital rights campaigner Jim Killock. Photograph: Martin Godwin for the Guardian

This week saw the unprecedented escalation of hostilities between the US government and WikiLeaks, with hackers wading in to support the whistleblowing website by targeting companies - PayPal, MasterCard, Amazon – that had co-operated with US attempts to shut it down. Do these events signal a new era of information warfare? And what are the implications for the future of the internet?

Susanna Rustin: Are we going to see much more of this kind of activism?

Jim Killock: I think it will be quite limited. I think the people who have done it have already realised their mistake – they're meant to be standing up in favour of openness and freedom of speech, and they're trying to stop people from doing things on the internet. But governments in this case have behaved like children themselves. Governments need to respect the rule of law, and what they've done here is make private telephone calls to companies and got them to remove services from an organisation that has not, at this point, been convicted of anything, it's not even been taken to court. What they've done may not even be illegal in US law. Essentially what we have is an attempt by governments to have private law enforcement, and that is childish. It is not responsible.

Iain Dale: It's not childish, because governments are responsible for their own national security. They can't take these sites down themselves, so they have to get the internet service providers (ISPs) to do it. What else can they do?

JK: There are plenty of cases where government does very legitimate "notice and takedown" or straightforward takedown, whether that's criminal activity, fraud sites for instance, child pornography sites, right down to copyright offences. If it's something very serious, like fraud, it tends to be a very quick judicial process. Here there is an absence of judicial process. If the Americans have got that wrong, then they need to work out how to redress their legal system, and not go round bullying …

ID: The problem is, we're in uncharted waters – this has never happened before. No organisation, company or pressure group has ever released this kind of information in this quantity. I'm all in favour of freedom of information, but there are limits. If there was a journalistic reason for this, then fine, but there isn't. They've done it because they could, simple as that. Obviously there are lots of interesting things in what they've released – although a lot of it is gossip – but if you're a government and you think your national security is compromised, you are going to act quickly.

JK: That sounds reasonable …

ID: Good!

JK: But what I'm saying is that governments are not being responsible. If the US wants people to respect the law, it needs to respect the law itself, and it's not – it's making private phonecalls to private companies. I'm worried we could end up with a situation where we increasingly see private enforcement of law rather than due process.

ID: The logic of this is quite worrying. All governments want to regulate the internet, but not a single one has ever found a way of doing it, with the possible exception of the Chinese.

JK: I really don't agree with that. There are plenty of examples of regulation. And why is it that WikiLeaks is being targeted, rather than the Guardian, for instance? The Guardian is publishing the same material, why aren't they being attacked, why not the New York Times? I think WikiLeaks is seen as something they can get at. They don't like that particular set-up, so they will go for it.

ID: The other interesting thing is that supporters of WikiLeaks have been able to attack sites like MasterCard. You would think MasterCard would have the most sophisticated security systems in place, and yet people can bring their site down. I always think with these sorts of things, if you've done it once, you will then do it again, because you can. I think these attacks on major corporations and their websites are likely to proliferate over the next few years. I've been quite shocked at how seemingly easy it's been.

JK: I think the reason WikiLeaks was trying to get on to Amazon [servers] was because they were suffering similar attacks, presumably from a government who was embarrassed by this. So there is a solution, which is to use high-powered, distributed web posting. That makes the big sites less vulnerable, so there is an imbalance of power. But the question for the groups who have targeted Mastercard and so on is: have they acted responsibly? Have they communicated their message that the internet needs to be open, and there needs to be transparency? I think they've been shown to be rather immature.

ID: You can argue that WikiLeaks has behaved in the same way.

JK: There is a fundamental question about reputation. In today's society, where there is greater transparency, you need, whoever you are, to maintain and develop your reputation. That is how you maintain trust and gain respect, so if WikiLeaks or the US government have damaged their reputations in their activities, people will react to that. A really stupid decision was made by the US government to centralise all their data and make it extremely accessible to everybody, on the basis that information sharing was needed after 9/11, and that approach has come back to bite them, because it's become very easy for one person at a fairly low level in their apparatus to expose nearly all their documents. That's a fundamental misunderstanding of how the technology works. Governments always think like this – they're constantly thinking a big database will solve all the problems. Well no, actually what you do is you create massive potential for huge leaks of data.

ID: But there is a balance. Who has a right to know what? If you're saying we have a right to know everything the state is doing on our behalf, it's quite difficult to argue then that there's a total right to privacy for the individual.

JK: Freedom of expression is balanced against things like libel or racial hatred, and it should be down to courts to decide whose rights are being infringed. What is dangerous at the moment is the acceptance that it will be down to ISPs, or possibly the police, to decide where the line is drawn or, in the case of WikiLeaks, government officials in the US deciding to ring around the relevant ISPs.

SR: More leaks seem inevitable. Do you welcome this new era of transparency?

ID: You can't answer that question with a yes or no. WikiLeaks is not acting as a journalistic filter, it's just doing it because it can. If you have a world of 200 nation states, you have to have something called diplomacy, and that whole system has been fundamentally undermined.

JK: The question was, is this changed environment a good or a bad thing? And I think it is a good thing. I don't think we'll see leaks on this scale again – you have to blame the US government for putting such a stupid system in place in which it was possible to leak all their
www.guardian.uk/

WikiLeaks OFRECE UNA LECCIÓN
SOBRE EL FUTURO Y EL PASSADO

El proceso por el que estos documentos se han hecho públicos es más fascinante que su propio contenido

IBRAHIM AL MARASHI *
01.12.2010
Ilustração – Obra de Salvador Dali

El contenido de los telegramas diplomáticos estadounidenses pertenecientes al archivo de WikiLeaks sobre Irak que saldrán a la luz esta semana, además de los documentos militares secretos estadounidenses filtrados previamente, son pequeños episodios de una nueva era de la mundialización del espionaje. Aunque buena parte de la atención de los medios de comunicación se centra en el contenido de los documentos filtrados y en la embarazosa información diplomática que revelan acerca de los dirigentes mundiales, el valor de los documentos de WikiLeaks reside en la información que ofrecen sobre el pasado. Además, el proceso por el que estos documentos se han hecho públicos es más fascinante que su propio contenido.
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Una de las características de la mundialización es una revolución tecnológica de las comunicaciones que hace desaparecer el tiempo y el espacio y exagera la capacidad del Estado para controlar la información dentro de sus fronteras o en todo el mundo. Julian Assange, el australiano fundador de la organización independiente WikiLeaks, ha utilizado Suecia como sede, además de una red de servidores de todo el mundo, para mostrar instantáneamente estos documentos a una audiencia planetaria. En este caso, la superpotencia estadounidense ha sido incapaz de evitar que este superpoderoso australiano publique los documentos y los envíe a diversos medios de comunicación internacionales de EE UU, Reino Unido, Francia y España.
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A pesar de todo, el reciente ataque de denegación de servicio perpetrado contra la web de WikiLeaks podría ser una táctica empleada por los Estados para impedir la publicación de estos documentos. Además, la mundialización del espionaje no significa que el Estado sea irrelevante. Assange vivía en Suecia debido a su gran libertad de prensa, pero se le denegó un permiso de residencia y se ha unido a las filas de los nómadas mundiales.
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Yo mismo he vivido en mis carnes este fenómeno de la mundialización del espionaje. Cuando el académico Glen Rangwala, de la Universidad de Cambridge, se dio cuenta de que un informe secreto británico que había encontrado en Internet era similar a un artículo que yo había escrito sobre Irak y que también estaba publicado en la Red, pudo enviarme desde Reino Unido un mensaje de correo electrónico que yo leí en California a primera hora de la mañana. Un par de segundos después, pude responderle que yo no había tenido nada que ver con la redacción del borrador del informe secreto británico. Un anuncio publicado en el sitio web de Rangwala y un par de correos electrónicos más hicieron que la historia saliese a la luz en las noticias del Canal 4 de Londres y copase los titulares en multitud de países, desde Sudáfrica hasta India. Todo esto sucedió en menos de 24 horas.
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El material confidencial generado por EE UU o Reino Unido siempre ha estado al alcance de los ciudadanos. Los documentos secretos se hacen públicos entre 30 y 100 años después de la fecha de emisión de los mismos. Se debe poder acceder a dicha información en virtud de la Ley sobre Libertad de Información, o a través del Archivo Nacional de Seguridad o la Oficina Pública de Registros. La mundialización de la información ha acelerado este proceso.
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Esta privatización del espionaje es importante si se tiene en cuenta el modo en que la información se transfirió a WikiLeaks. En 1971, los papeles del Pentágono sobre la guerra de Vietnam fueron enviados a un periodista mediante una copia impresa. A principios de los años noventa, el ex agente del KGB Vasili Mitrojin suministró miles de documentos confidenciales soviéticos a Reino Unido transportándolos físicamente en una maleta. Las nuevas tecnologías de la comunicación han permitido al supuesto filtrador de estos documentos en el Ejército de EE UU, Bradley Manning, enviarlos probablemente con un par de clics del ratón.
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Un grupo como WikiLeaks no se parece en ningún sentido a Al Qaeda, pero lo que sí tienen en común, al menos desde el punto de vista de la seguridad estadounidense, es que ambas son redes a las que es difícil poner en jaque. Se ha descrito a WikiLeaks como la “primera organización de noticias apátrida”, del mismo modo en que Al Qaeda es una organización terrorista apátrida. Assange había dicho que EE UU podría atacar WikiLeaks de forma clandestina y crear nuevos campos de batalla en la guerra cibernética. Los supuestos ataques de denegación de servicio podrían ser un síntoma de esta tendencia.
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Aunque los documentos de WikiLeaks podrían constituir un presagio del futuro de la revelación de información secreta, yo los encuentro valiosos por lo que dicen del pasado, especialmente dos telegramas de 1972 y 1979 procedentes de la Embajada de EE UU en Irán. El documento de 1972 detalla los intentos estadounidenses por acelerar el envío de los reactores F-4 Phantom al Irán del sha (aviones que siguen usándose en las fuerzas aéreas de la República Islámica de Irán). En esta época de embargos contra Irán, es fácil olvidar la alianza que mantenían EE UU e Irán hace unas décadas.
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Otro documento fascinante fue escrito en la Embajada de EE UU en Teherán en agosto de 1979, solo unos meses antes de la crisis de los rehenes. El telegrama se escribió con la intención de explicar de manera irónica el “ego” iraní a las empresas que fuesen a invertir en Irán en el futuro: “La experiencia de los persas es que nada es permanente y suelen tener la impresión de que las fuerzas hostiles abundan. En un entorno así, todo el mundo debe estar en alerta permanente para tener la posibilidad de protegerse de unas fuerzas malévolas que de otro modo serían su perdición”.
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Aunque los comentarios son reduccionistas en su visión del pueblo iraní, explican hasta cierto punto cómo ve la actual República Islámica su situación en lo que a la seguridad se refiere. El telegrama continúa diciendo: “No se debe esperar que un iraní comprenda inmediatamente las ventajas que entraña una relación a largo plazo basada en la confianza. Dará por hecho que su homólogo es, esencialmente, un adversario”. Este escrito diplomático estadounidense de 1979 parece anunciar de manera extraña e inquietante las dificultades en las negociaciones entre Irán y Occidente sobre el programa nuclear de Teherán. Los responsables políticos estadounidenses que tienen dificultades para comprender el comportamiento del Estado iraní deberían leer telegramas antiguos como este. Aunque WikiLeaks pueda representar una era futura de circulación de la información, también demuestra que parte la información más valiosa se encuentra en el pasado.
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* Ibrahim al Marashi es catedrático de Historia Contemporánea y Libertad de Expresión en la Universidad IE en España.
www.abc.es/

WikiLeaks’ Julian Assange Wants
To Spill Your Corporate Secrets

By ANDY GREENBERG
29.11.2010

In a rare interview, Assange tells Forbes that the release of Pentagon and State Department documents are just the beginning. His next target: big business.
Early next year, Julian Assange says, a major American bank will suddenly find itself turned inside out. Tens of thousands of its internal documents will be exposed on Wikileaks.org with no polite requests for executives’ response or other forewarnings. The data dump will lay bare the finance firm’s secrets on the Web for every customer, every competitor, every regulator to examine and pass judgment on.

(For the full transcript of Forbes’ interview with Assange click here.)

When? Which bank? What documents? Cagey as always, Assange won’t say, so his claim is impossible to verify. But he has always followed through on his threats. Sitting for a rare interview in a London garden flat on a rainy November day, he compares what he is ready to unleash to the damning e-mails that poured out of the Enron trial: a comprehensive vivisection of corporate bad behavior. “You could call it the ecosystem of corruption,” he says, refusing to characterize the coming release in more detail. “But it’s also all the regular decision making that turns a blind eye to and supports unethical practices: the oversight that’s not done, the priorities of executives, how they think they’re fulfilling their own self-interest.”
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This is Assange: a moral ideologue, a champion of openness, a control freak. He pauses to think—a process that occasionally puts our conversation on hold for awkwardly long interludes. The slim 39-year-old Wiki­Leaks founder wears a navy suit over his 6-foot-2 frame, and his once shaggy white hair, recently dyed brown, has been cropped to a sandy patchwork of blonde and tan. He says he colors it when he’s “being tracked.”
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“These big-package releases. There should be a cute name for them,” he says, then pauses again.
“Megaleaks?” I suggest, trying to move things along.
“Yes, that’s good—megaleaks.” His voice is a hoarse, Aussie-tinged baritone. As a teenage hacker in Melbourne its pitch helped him impersonate IT staff to trick companies’ employees into revealing their passwords over the phone, and today it’s deeper still after a recent bout of flu. “These megaleaks . . . they’re an important phenomenon. And they’re only going to increase.”
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He’ll see to that. By the time you’re reading this another giant dump of classified U.S. documents may well be public. Assange refused to discuss the leak at the time FORBES went to press, but he claims it is part of a series that will have the greatest impact of any WikiLeaks release yet. Assange calls the shots: choosing the media outlets that splash his exposés, holding them to a strict embargo, running the leaks simultaneously on his site. Past megaleaks from his information insurgency over the last year have included 76,000 secret Afghan war documents and another trove of 392,000 files from the Iraq war. Those data explosions, the largest classified military security breaches in history, have roused antiwar activists and enraged the Pentagon.
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Admire Assange or revile him, he is the prophet of a coming age of involuntary transparency. Having exposed military misconduct on a grand scale, he is now gunning for corporate America. Does Assange have unpublished, damaging documents on pharmaceutical companies? Yes, he says. Finance? Yes, many more than the single bank scandal we’ve been discussing. Energy? Plenty, on everything from BP to an Albanian oil firm that he says attempted to sabotage its competitors’ wells. Like informational IEDs, these damaging revelations can be detonated at will. www.forbes.com/


mirino di Julian Assange

Por Anna.Mazzone, Panorama
30.11.2010


Dopo gli eserciti e la diplomazia, adesso è il turno delle banche. In un’intervista in esclusiva per Forbes, il padre di WikiLeaks, Julian Assange, anticipa nuove rivelazioni-choc su una “grande banca” mondiale e prevede un nuovo scandalo globale, modello Enron.
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Ricercato dall’Fbi, additato come “criminale” da Hillary Clinton, latitante per la Giustizia svedese che lo accusa di stupro ai danni di due giovani donne, Julian Assange, nel pieno della tempesta scatenata dalle ultime rivelazioni di WikiLeaks sui cablogrammi segreti della diplomazia Usa, tira fuori l’ennesimo jolly dalla manica. L’annuncio questa volta fa tremare il mondo dell’alta finanza: nel mirino dell’organizzazione-corsara del 39enne australiano, che presto potrebbe diventare un apolide, ci sarebbero infatti “una o forse due grandi banche“.
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Nell’intervista di due ore con il giornalista di Forbes Andy Greenberg rilasciata l’11 novembre scorso a Londra, Assange mette, dunque, nel mirino le organizzazioni economiche. La sua strategia sembra essere chiara: distruggere l’ordine mondiale precostituito, si tratti di documenti riguardanti le strategie militari, i commenti e le analisi dei diplomatici per la Casa Bianca o, per l’appunto, le strutture finanziarie. “L’impatto non è grande come quello delle due guerre” (in Afghanistan e in Iraq ndr), dice Assange, ma potrebbe “far venire giù una o due banche“, con una nuova crisi in tutto il mondo.
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“E’ una banca americana?“, chiede Andy Greenberg. “Sì“, è la laconica risposta del ricercato numero 1 del momento. “La più grande banca americana?”, lo incalza il giornalista. No comment, risponde il fondatore di WikiLeaks. Secondo le anticipazioni, le nuove rivelazioni dovrebbero essere diffuse all’inizio del 2011.
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L’intento di Assange è chiaro: “Si potrà lanciare uno sguardo vero e approfondito nei comportamenti delle banche al livello esecutivo e ciò stimolerà inchieste e riforme, credo“. Insomma, Julian Assange non sembra lasciarsi intimorire dalle “taglie” che pendono sulla sua testa e sta già preparando il suo nuovo colpo in canna, pronto a inaugurare all’insegna di WikiLeaks anche l’anno che verrà.
www.panorama.it/

La mayor filtración de la historia deja
al descubierto los secretos de
la política exterior de EE UU

EL PAÍS desvela los documentos de Wikileaks.- Putin, autoritario y machista.- Las fiestas salvajes de Berlusconi.- Estrecho seguimiento de Sarkozy.- Los movimientos para bloquear a Irán.- El juego en torno a China.- Los esfuerzos para aislar a Chávez

Por VICENTE JIMÉNEZ / ANTONIO CAÑO, Madrid
28.11.2010

EL PAÍS, en colaboración con otros diarios de Europa y Estados Unidos, revela el contenido de la mayor filtración de documentos secretos a la que jamás se haya tenido acceso en toda la historia. Se trata de una colección de más de 250.000 mensajes del Departamento de Estado de Estados Unidos, obtenidos por la página digital Wikileaks, en los que se descubren episodios inéditos ocurridos en los puntos más conflictivos del mundo, así como otros muchos sucesos y datos de gran relevancia que desnudan por completo la política exterior norteamericana, sacan a la luz sus mecanismos y sus fuentes, dejan en evidencia sus debilidades y obsesiones, y en conjunto facilitan la comprensión por parte de los ciudadanos de las circunstancias en las que se desarrolla el lado oscuro de las relaciones internacionales.
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Estos documentos recogen comentarios e informes elaborados por funcionarios estadounidenses, con un lenguaje muy franco, sobre personalidades de todo mundo, desvelan los contenidos de entrevistas del más alto nivel, descubren desconocidas actividades de espionaje y exponen con detalle las opiniones vertidas y datos aportados por diferentes fuentes en conversaciones con embajadores norteamericanos o personal diplomático de esa nación en numerosos países, incluido España.
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Queda en evidencia, por ejemplo, la sospecha norteamericana de que la política rusa está en manos de Vladimir Putin, a quien se juzga como un político de corte autoritario cuyo estilo personal machista le permite conectar perfectamente con Silvio Berlusconi. Del primer ministro italiano se detallan sus "fiestas salvajes" y se expone la desconfianza profunda que despierta en Washington. Tampoco muestra la diplomacia estadounidense un gran aprecio por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, a quien se sigue con gran meticulosidad acerca de cualquier movimiento para obstaculizar la política exterior de Estados Unidos.
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Los cables prueban la intensa actividad de ese país para bloquear a Irán, el enorme juego que se desarrolla en torno a China, cuyo predominio en Asia se da casi por aceptado, o los esfuerzos por cortejar a países de América Latina para aislar al venezolano Hugo Chávez.
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En ocasiones, las expresiones usadas en estos documentos son de tal naturaleza que pueden dinamitar las relaciones de Estados Unidos con algunos de sus principales aliados; en otras, pueden ponerse en riesgo algunos proyectos importantes de su política exterior, como el acercamiento a Rusia o el apoyo de ciertos Gobiernos árabes.
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El alcance de estas revelaciones es de tal calibre que, seguramente, se podrá hablar de un antes y un después en lo que respecta a los hábitos diplomáticos. Esta filtración puede acabar con una era de la política exterior: los métodos tradicionales de comunicación y las prácticas empleadas para la consecución de información quedan en entredicho a partir de ahora.
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Todos los servicios diplomáticos del mundo, y especialmente de Estados Unidos, donde esta filtración se suma a otras anteriores de menor trascendencia con papeles relativos a Irak y Afganistán, tendrán que replantearse desde este momento su modo de operar y, probablemente, modificar profundamente sus prácticas.

Intensas gestiones
Tratando de anticiparse a ese perjuicio, la Administración de Estados Unidos lleva varios días, desde que supo la existencia de esta fuga de documentos, realizando intensas gestiones ante el Congreso norteamericano y los Gobiernos de gran parte de las naciones ante los que tiene representación diplomática para informarles sobre el previsible contenido de las filtraciones y sus posibles consecuencias. El Departamento de Estado envió a principio de esta semana un informe a los principales comités de la Cámara de Representantes y del Senado previniéndoles sobre la situación.
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La propia secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha telefoneado en las últimas horas a los Gobiernos de los países más importante afectados por esta fuga de información, entre otros los de China, Alemania, Francia y Arabia Saudí, para alertarles de lo sucedido y ofrecer algunas justificaciones
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En Reino Unido, Israel, Italia, Australia y Canadá, entre otros socios de Estados Unidos, portavoces de sus respectivos ministerios de Relaciones Exteriores confirmaron que habían recibido información de parte de los embajadores norteamericanos, aunque no revelaron detalles sobre los datos precisos que habían sido puestos en su conocimiento. No ha habido, sin embargo, comunicación directa entre la Embajada en Madrid y el Gobierno español acerca de este asunto.
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El portavoz del Departamento de Estado, P. J. Crowley, ha reconocido que no conoce con exactitud las informaciones que aparecerán en los papeles filtrados, aunque ha adelantado que "estas revelaciones son dañinas para los intereses de Estados Unidos". "Van a crear tensiones entre nuestros diplomáticos y nuestros amigos alrededor del mundo", declaró este fin de semana.
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El Departamento de Estado, que ha negociado con uno de los periódicos que hoy publican los cables algunos contenidos particularmente lesivos para sus intereses o peligrosos para ciertas personas, está especialmente preocupado por el daño que esto puede causar en la guerra contra Al Qaeda en algunas regiones en la que la libran de forma encubierta, como Yemen o Pakistán, así como los efectos que puede tener para las difíciles relaciones con otras potencias, como Rusia y China.
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Los dos últimos años
Los documentos -251.287 mensajes que cubren un periodo hasta febrero de 2010 y, en su mayor parte, afectan a los dos últimos años- fueron facilitados por WikiLeaks hace varias semanas, además de a EL PAÍS, a los diarios The Guardian, de Reino Unido; The New York Times, de Estados Unidos; Le Monde, de Francia, y al semanario Der Spiegel, de Alemania. Estos medios han trabajado por separado en la valoración y selección del material, y pondrán a disposición de sus lectores aquellas historias que cada uno considere de mayor interés; en algunos casos serán coincidentes, en otros no.
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Ese proceso se ha llevado a cabo bajo una exigente condición de no poner en peligro en ningún momento fuentes protegidas de antemano o personas cuya vida podría verse amenazada al desvelarse su identidad. Al mismo tiempo, todos los medios han hecho un esfuerzo supremo por evitar la revelación de episodios que pudieran suponer un riesgo para la seguridad de cualquier país, particularmente de Estados Unidos, el más expuesto por estas revelaciones. Por esa razón, algunos de los documentos que serán puestos a disposición de nuestros lectores a partir de hoy aparecerán parcialmente mutilados.
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EL PAÍS no ha estado en el origen de la filtración y, por tanto, desconoce los criterios con los que se ha llevado a cabo la selección del paquete que finalmente ha llegado a manos del diario. Resulta evidente que los papeles analizados no son todos los emitidos en el mundo por el Departamento de Estado en el periodo de tiempo comprendido, pero ignoramos si esos son todos a los que ha tenido acceso WikiLeaks.
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Pese a eso, el lector comprobará el valor que en sí mismo encierra el conjunto de documentos facilitados, al margen de que puedan existir otros muchos que aún se desconocen. Se trata de un material que aporta novedades relevantes sobre el manejo de asuntos de gran repercusión mundial, como el programa nuclear de Irán, las tensiones en Oriente Próximo, las guerras de Irak y Afganistán y otros conflictos en Asia y África.
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Terrorismo y radicalismo islámico
También se recogen los movimientos entre Estados Unidos y sus aliados para hacer frente al terrorismo y al radicalismo islámico, así como detalles reveladores sobre episodios de tanta trascendencia como el boicot de China a la empresa Google o los negocios conjuntos de Putin y Berlusconi en el sector del petróleo. De especial interés son las pruebas que se aportan sobre el alcance de la corrupción a escala planetaria y las permanentes presiones que se ejercen sobre los diferentes Gobiernos, desde Brasil a Turquía, para favorecer los intereses comerciales o militares de Estados Unidos.
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Entre los primeros documentos que hoy se hacen públicos, se descubre el pánico que los planes armamentísticos de Irán, incluido su programa nuclear, despiertan entre los países árabes, hasta el punto de que alguno de sus gobernantes llega a sugerir que es preferible una guerra convencional hoy que un Irán nuclear mañana. Se aprecia la enorme preocupación con la que Estados Unidos observa la evolución de los acontecimientos en Turquía y la estrecha vigilancia a la que se mantiene al primer ministro, Erdogan.
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Y, sobre todo, esta primera entrega revela las instrucciones que el Departamento de Estado ha cursado a sus diplomáticos en Naciones Unidas y en algunos países para desarrollar una verdadera labor de espionaje sobre el secretario general de la ONU, sus principales oficinas y sus más delicadas misiones.
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Los lectores descubrirán al acceder a las sucesivas crónicas detalles insospechados sobre la personalidad de algunos destacados dirigentes y comprobarán el papel que desempeñan las más íntimas facetas humanas en las relaciones políticas. Eso resulta particularmente evidente en América Latina, donde se dan a conocer juicios de diplomáticos norteamericanos y de muchos de sus interlocutores sobre el carácter, las aficiones y los pecados de las figuras más controvertidas.
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Mañana EL PAÍS ofrecerá detalles, por ejemplo, sobre las sospechas que la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, despierta en Washington, hasta el punto de que la Secretaría de Estado llega a solicitar información sobre su estado de salud mental. El mismo día se darán a conocer algunas de las gestiones que la diplomacia norteamericana ha realizado para repatriar a los presos de Guantánamo, así como la intensa actividad en Asia para frenar el peligro que representa Corea del Norte.
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Cables controvertidos
Entre los cables con los que ha trabajado este periódico se encuentran informes extraordinariamente controvertidos, como los mensajes del embajador norteamericano en Trípoli en los que cuenta que el líder libio, Muamar el Gadafi, usa botox y es un verdadero hipocondríaco que hace filmar todos sus exámenes médicos para analizarlos posteriormente con sus doctores, y relatos con meticulosas descripciones del paisaje local, como el que hace un diplomático estadounidense invitado a una boda en Daguestán que sirve para ilustrar el grado de corrupción en la zona.
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Hay cables de gran valor histórico, como el que revela la apuesta de la diplomacia norteamericana por el derrocamiento del general panameño Manuel Antonio Noriega o el que detalla ciertos movimientos de Estados Unidos durante el golpe de Estado que destituyó a Manuel Zelaya en Honduras, y cables de enorme interés sobre acontecimientos actuales, como el que precisa la presión ejercida sobre el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, para que contenga los abusos de sus allegados y facilite la gobernabilidad del país.
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En lo que respecta a España, estos documentos registran el enorme acceso de la Embajada de Estados Unidos a personalidades destacadas del ámbito político y judicial, y su influencia en algunos acontecimientos que han marcado la actualidad de los últimos años. También se descubre el punto de vista que funcionarios estadounidenses tienen de la clase política española, así como el que algunos políticos expresan sobre sus compañeros y adversarios.
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En determinados casos, estas revelaciones tienen el estrictamente el valor que tiene la opinión de una persona de posición influyente. En otros casos, se trata de relatos que aportan pistas sobre acontecimientos importantes pero que son narrados por una sola fuente: el servicio diplomático de Estados Unidos. EL PAÍS no ha podido corroborar todos esos relatos y ha prescindido de algunos que ha considerado de dudosa credibilidad. Pero sí ha certificado otros y ha operado de forma responsable con el país objeto de la filtración con la intención de causar el menor daño posible. Entre otras precauciones, se ha decidido aceptar los compromisos a los que The New York Times llegue con el Departamento de Estado para evitar la difusión de determinados documentos.
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No todos los papeles obtenidos por Wikileaks han sido utilizados para la elaboración de nuestras informaciones, y solo una parte de ellos serán expuestos públicamente, independientemente de lo que la propia WikiLeaks o los demás medios que han recibido el material decidan hacer. Se han seleccionado tan solo aquellos que consideramos imprescindibles para respaldar la información ofrecida.
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Las informaciones han sido preparadas y escritas únicamente por redactores de nuestro periódico atendiendo a nuestras particulares exigencias de rigor y calidad. A lo largo de varios días se irán ofreciendo las crónicas que recogen la sustancia de esos documentos, añadiéndoles el contexto y la valoración requeridos, así como sus posibles reacciones y consecuencias.
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Algunas de esas reacciones estarán, seguramente, dirigidas a examinar las causas por las que puede haberse producido una fuga de semejante magnitud. El origen de este problema puede remontarse a los días posteriores al ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001, cuando se detectaron unos fallos de coordinación entre los servicios de inteligencia que recomendaron la necesidad de un modelo de comunicación que permitiera a los diferentes responsables de la seguridad compartir datos extraídos por el Departamento de Estado.
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Un sistema de Internet del Ejército
Se extendió, por tanto, a partir de esa fecha el uso de un sistema de Internet del Ejército norteamericano denominado SIPRNET, un acrónimo de Secret Internet Protocol Router Network. Todos los cables que se incluyen en esta filtración fueron enviados por ese medio, como se comprueba por la etiqueta que cada uno de ellos lleva en su cabecera, la palabra SIPDIS, que son las siglas para Secret Internet Protocol Distribution.
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Al menos 180 embajadas norteamericanas alrededor del mundo utilizan actualmente ese sistema de comunicación, según informes elaborados por el Congreso norteamericano. Aunque se exigen fuertes medidas de seguridad para el uso de ese sistema, como la de mantenerlo abierto únicamente cuando el usuario está frente a la pantalla, la exigencia de cambiar la clave cada cinco meses o la prohibición de utilizar cualquier clase de CD u otro método de copia de contenidos, el número de personas que ahora acceden a la información ha crecido considerablemente.
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A ese crecimiento ha ayudado también la necesidad de ampliar el número de personas trabajando en cuestiones de seguridad y, como consecuencia, la del número de personas a la que se da acceso a documentos clasificados. El Departamento de Estado clasifica sus informes en una escala que va del Top Secret al Confidential. En los documentos facilitados a EL PAÍS no hay ninguno clasificado como Top Secret, aunque sí más de 15.000 situados en la escala inferior, Secret.
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Según se puede deducir de datos elaborados por la Oficina de Control del Gobierno perteneciente al Congreso norteamericano, y otros expuestos recientemente por medios de comunicación de ese país, más de tres millones de estadounidenses están autorizados al acceso a ese material Secret. Eso incluye decenas de miles de empleados del Departamento de Estado, funcionarios de la CIA, del FBI, de la DEA, de los servicios de inteligencia de las fuerzas armadas y de otros departamentos implicados en la búsqueda de información. En Estados Unidos funcionan 16 agencias con responsabilidades de espionaje.
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Será muy costoso, por tanto, para ese país reparar el daño causado por esta filtración, y llevará años poner en pie un nuevo sistema de comunicación con plenas garantías. Lo más importante, sin embargo, es el valor informativo que esos documentos tienen actualmente. Estamos ante una serie de relatos, sin precedentes en el periodismo español, que servirán para una mejor comprensión de algunos conflictos y de personalidades que afectan determinantemente a nuestra vida y que pueden abrir a nuestros lectores a una nueva interpretación de la realidad que les rodea.
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Así cuentan la noticia sobre los papeles del Departamento de Estado The New York Times, Der Spiegel, Le Monde y The Guardian

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