Mostrando postagens com marcador Bomba atômica. Mostrar todas as postagens
Mostrando postagens com marcador Bomba atômica. Mostrar todas as postagens

Hiroshima y Nagasaki, as cidades que deixaram de existir

Por ABC
04.08.2010

El primer viaje internacional de Barack Obama tras ser nombrado Premio Nobel de la Paz, que inicia hoy por Asia, no podría haber sido más acertado… si hubiera aceptado la invitación de las autoridades japonesas para ver, de primera mano, las ciudades devastadas por las bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos, sobre Hiroshima y Nagasaki, hace 64 años. La «apretada agenda» del presidente que defiende continuamente en sus discursos «un mundo sin armas nucleares», sin embargo, se lo impide.

La visita, que ningún presidente estadounidense ha aceptado hasta hoy, había generado grandes expectativas en un país que, con la visita de Obama, pretendía romper con un pasado que aún está muy presente.

No es para menos. Las cifras de víctimas y las dramáticas consecuencias posteriores a causa de la radiación liberada por los únicos ataques nucleares que se han producido a lo largo de la Historia, ordenados por el presidente Truman entre el 6 y el 9 de agosto de 1945, no tienen parangón: las bombas mataron a 140.000 personas en Hiroshima y 80.000 en Nagasaki, aunque sólo la mitad lo hizo los días de los ataques.

De aquellas víctimas, el 20% murieron por lesiones o enfermedades atribuidas a los efectos de la radiación, a los que habría que sumar, desde entonces, otros 231 casos de muerte por leucemia y otros 334 a causa de los distintos tipos de cánceres atribuidos a la radiación liberada.

Después de seis meses de intenso bombardeo a otras 67 ciudades niponas, la bomba nuclear, bautizada como «Little Boy» (pequeño chico) fue arrojada «sobre la base japonesa de Hiroshima» el lunes 6 de agosto de 1945: «La bomba atómica es una realidad –recogía
ABC, en su edición del día siguiente, la noticia dada desde Washington a las 10:00 horas de la noche del 6 de agosto.

El presidente Truman ha anunciado, por mediación de la Casa Blanca, que ha sido utilizada por primera vez contra el Japón, con una potencia igual a 20.000 toneladas de trinitrotolueno. Su poder explosivo es superior en 2.000 veces al de la bomba británica “revienta manzanas”, de 10.000 kilogramos, que era hasta ahora la de mayor potencia».

Little Boy fue lanzada desde el bombardero B-29 llamado Enola Gay, pilotado por el teniente coronel Paul Tibbets desde 9.450 metros de altura. La bomba explotó, exactamente, a las 8:15 horas, cuando alcanzó 600 metros de altitud.

Fue lanzada sobre Hiroshima sin ser probada antes, siendo su único precedente de prueba atómica hecha por Estados Unidos la conocida «Prueba Trinity», realizada en Alamogordo, Nuevo México. Pero a diferencia de Little voy, que era de uranio y albergaba menos dudas sobre su fiabilidad, aquella era de plutonio.

En la misma declaración presidencial se hablaba ya de que una nueva bomba estaba en producción y de que se estaban preparando -«proyectiles todavía más potentes»: «La bomba atómica –afirmaba el comunicado de la Casa Blanca– es la utilización del poder básico del universo», y añadía que con este proyectil se abría «una nueva etapa revolucionaria en la ciencia de la destrucción».

Los Estados Unidos entendían que su utilización era una victoria sobre los alemanes en la carrera emprendida por los científicos para encontrar la fórmula de dominar y poner en acción la energía atómica.

Sus efectos así lo confirmaban: «Seis kilómetros y medio cuadrados, o sea, el 60 por 100 de la extensión de Hiroshima, ha quedado reducido a la nada, como consecuencia de la bomba atómica. La nube de humo, que se elevó sobre el objetivo después de la explosión tenía la forma de una seta y alcanzó hasta vez y media la altura del monte Everest, extendiéndose por completo durante más de doce horas sobre una vasta región», contaba ABC.

En aquella orgullosa declaración, Truman hablaba de dos grandes fábricas y muchos talleres secundarios dedicados a la producción de la energía atómica, con «125.000 obreros empleados durante el momento álgido de la construcción y 65.000» poco después, y añadía, sin embargo, que «sólo unas cuantas personas sabían lo que fabricaban», pues los obreros no veían más que grandes cantidades de material que entraba sin que apenas saliera nada.

Habían sido invertidos 2.600 millones de dólares en «la mayor empresa científica de la Historia», calificaba el presidente Truman a «Little Boy»

Habían sido invertidos 2.600 millones de dólares en «la mayor empresa científica de la Historia», según la calificaba el presidente Truman, que estaba a punto, tres días después de lanzar a «Little Boy», de arrojar la segunda bomba más devastadora de la historia sobre Nagasaki: «Fat Man» (Hombre Gordo).

La Radio de Tokio, captada en Nueva York, vaticinaba el desastre.
«Toda señal de vida ha quedado extinguida en Hiroshima. Hombres y animales, plantas e insectos han perecido abrasados por el fuego o por efecto de horrísonas ondas de aire incendiado. Resulta imposible hacer el recuento de víctimas habido, ya que los restos no pueden ser identificados. La ciudad ha dejado de existir».
GENOCÍDIO

EUA honrará as vitimas de Hiroshima

Por ABC
04.08.2010

Pela primeira vez, uma autoridade norte-americana participará das comemorações do 65 aniversário da trajédia


No irá Obama, pero sí será la primera vez que un representante de Estados Unidos honre a las víctimas de la bomba atómica de Hiroshima.
El embajador estadounidense en Japón, John Roos, depositará este viernes una ofrenda floral en el Monumento a la Paz de dicha ciudad en la ceremonia que conmemorará el 65 aniversario del bombardeo.

A las ocho y cuarto del 6 de agosto de 1945, el B-29 Enola Gay arrojó sobre Hiroshima una bomba de uranio de cuatro toneladas que, con el macabro apodo de «Little boy» («Muchachito»), no sólo precipitó el final de la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico, sino que cambió el curso de la Historia.

Como nunca se había visto antes, la explosión provocó una enorme bola de fuego que hizo subir la temperatura un millón de grados centígrados, incendió el aire, eclipsó al sol, destruyó edificios enteros, derritió la tierra, desintegró de inmediato a 140.000 personas en un radio de más de un kilómetro y al cabo de los años mató a cientos de miles más a causa de todo tipo tumores y enfermedades.

«El arsenal mundial suma 150.000 bombas nucleares como la de Hiroshima»
Un tenebroso hongo radiactivo entre negro y violáceo se elevó más de 800 metros en el cielo y luego las nubes descargaron la ácida «lluvia negra». Tres días después, otra bomba, «Fat man» («El Gordo»), desataba el mismo infierno en Nagasaki, donde perecieron 70.000 personas.
Desde entonces, ambas ciudades son el símbolo del horror nuclear que aterrorizó al planeta durante la Guerra Fría y que aún hoy lo mantiene acongojado ante la posibilidad de que algún grupo terrorista se haga con una bomba atómica, desarrollada ya por países tan poco fiables como Corea del Norte o Pakistán.

Hacia el desarme total
Por eso, el alcalde de Hiroshima, Tadatoshi Akiba, que tenía sólo tres años cuando estalló la bomba, lidera una liga de Ciudades por la Paz que reúne a más de 4 mil municipios de 144 países, y reclama un mundo sin armas nucleares en 2020. Por su encomiable labor contra la proliferación atómica y el reconocimiento de los supervivientes («hibakusha»), acaba de ser galardonado en Filipinas con el premio Magsaysay, considerado el Nobel de Asia.

Su objetivo lo comparte el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, un firme defensor de la desnuclearización que ganó el Nobel de la Paz el año pasado y ha acordado con Rusia una considerable reducción de sus respectivos arsenales atómicos.

Pero ambas potencias aún siguen conservando 22.000 cabezas nucleares. Unidas al millar que, en total, poseen Francia, Reino Unido, China, India, Pakistán e Israel, suman 150.000 bombas como la de Hiroshima.

Para recordárselo, el alcalde de esta ciudad había invitado a Obama a los actos del 65 aniversario. Aunque Obama enviará en su lugar a su embajador, el primer edil confía en que visite Hiroshima aprovechando la cumbre de los países de Asia-Pacífico que se celebrará en octubre en Japón.

Por primera vez también, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, acudirá a la ceremonia para «llamar la atención sobre la urgente necesidad de lograr el desarme nuclear global».
www.abc.es/

...



Morre o único homem que sobreviveu a Hiroshima

Por ABC
04.08.2010

Tsutomu Yamaguchi, la única persona reconocida oficialmente como superviviente de las dos bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki al final de la Segunda Guerra Mundial, ha muerto a los 93 años.


Yamaguchi se hallaba en Hiroshima durante un viaje de negocios para su empresa de construcción naval, cuando el 6 de agosto de 1945, un B-29 estadounidense dejó caer una bomba atómica sobre la ciudad por que le causó graves quemaduras de cintura para arriba y pasó la noche en la ciudad.

Tres días después regresó a Nagasaki, su ciudad natal, a unos 300 kilómetros al suroeste de Hiroshima, donde sufrió el segundo ataque atómico de EE.UU.
El alcalde de Nagasaki, Tomihisa Taue, ha declarado que «se ha perdido un queridísimo narrador» en un mensaje publicado en el sitio web de la ciudad.

Yamaguchi murió el lunes por la mañana a causa de un cáncer de estómago, según informaron los diarios de tirada masiva «Asahi» y «Yomiuri».

Yamaguchi era la única persona que contaba con un certificado expedido por el gobierno japonés por haber estado presente en ambas ciudades cuando fueron atacadas, si bien otros dos supervivientes también fueron identificados.

«Mi doble exposición a la radiación es ahora un registro oficial del gobierno. Puede contársele a la generación más joven la horrible historia de la bomba atómica, incluso después de que muera», declaró Yamaguchi, al diario «Mainichi» el año pasado.

Escritor de libros y canciones - En sus últimos años, Yamaguchi dio charlas sobre su experiencia como superviviente de la bomba atómica y, a menudo, expresó su esperanza de que esas armas serían abolidas. Habló en las Naciones Unidas en 2006, escribió libros y canciones sobre sus experiencias, y apareció en un documental sobre los supervivientes de ambos ataques.

El mes pasado recibió la visita en el hospital del cineasta James Cameron, director de «Titanic» y «Avatar», que está considerando hacer una película sobre los bombardeos, según el diario «Mainichi».

Inmediatamente después de la guerra, Yamaguchi trabajó como traductor para las fuerzas estadounidenses en Nagasaki y más tarde como profesor de una escuela secundaria.

Japón es el único país que ha sufrido ataques con bombas atómicas. Alrededor de 140.000 personas murieron en Hiroshima y 70.000 en Nagasaki. Yamaguchi es una de las cerca de 260.000 personas que sobrevivieron a los ataques (conocidas en Japón como «hibakusha»).

Algunos supervivientes de las bombas desarrollaron diversas enfermedades por su exposición a la radiación, incluyendo cáncer y enfermedades del hígado.

La certificación como superviviente de la bomba atómica en Japón autoriza a las personas para una compensación del gobierno, incluyendo subsidios mensuales, chequeos médicos gratuitos y gastos funerarios.
www.abc.es/