Una exposición repasa un siglo de anarcosindicalismo en España

La muestra, que viajará también a Madrid y Galicia, se puede ver en el Museo de Historia de Cataluña

FRANCESC ARROYO, Barcelona
31.01.2011
Foto - Almanaque de Tierra y Libertad del año 1912

Contra la ignorancia, escuelas, periódicos y libros; contra la miseria, Asociación". La asociación a la que el cartel hace referencia es la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), embrión, junto a la CNT, del movimiento anarcosindicalista español de cuyo nacimiento se cumple ahora un siglo. Una exposición, breve pero densa, recuerda estos cien años en el Museo de Historia de Cataluña (Barcelona). Se trata de un paseo seccionado en cuatro periodos: el nacimiento (1910-1931); la República y la Guerra Civil (1931-1939); los años negros de la dictadura (1939-1975), y el presente (1975-2010).

Parte del material que se ofrece es inédito y otra parte está adaptada al hecho de que la exposición se halle en Barcelona, de ahí que se haya recurrido a publicaciones hechas en Cataluña, que serán sustituidas por otras cuando la muestra viaje a Madrid o Galicia.


La exposición tiene carácter deliberadamente divulgador de la historia y también de la voluntad del presente anarcosindicalismo. "Queremos desvincular las ideas de violencia y anarquismo. Han estado asociadas históricamente, pero en la anarquía hay también un mensaje de pacifismo transformador", explicaron los comisarios de la muestra, Rafael Maestre y Cristina Escrivà. Una idea en la que coincidió Maria Angels Rodríguez, presidenta de la Fundació Salvador Seguí, que ha colaborado aportando algunos materiales.

El visitante podrá apreciar portadas de diarios, folletos, carteles, sellos de agrupaciones, una carta escrita en clave y con tinta invisible y discos con himnos como A las barricadas y Los hijos del pueblo, que el visitante podrá escuchar en unos cascos habilitados al respecto. Hay también libros de autores anarquistas como Bakunin, Kropotkin, Eliseo Reclús o un curioso texto de Luis Huerta titulado Prostitución, abolicionismo y mal venéreo, editado en 1933 y que apunta a la preocupación por el estatus de la mujer, en la misma línea que El placer recíproco, de Smolenski, editado en 1936 con el subtítulo de Antología del placer conyugal.

Y, por supuesto, no faltan los mensajes. Desde el UHP, que alguien puede hoy confundir con un improperio pero que es en realidad un llamamiento propio del comunismo libertario: Uníos Hermanos Proletarios, hasta la afirmación de Reclús: "La anarquía es la más alta expresión del orden", pasando por la portada de un diario de 1934 en el que se titula a toda página "Crisis" para afirmar en el sumario que en España hay una crisis de "vergüenza, libertad y trabajo". Otros denuncian la situación provocada por la insurrección militar de 1936: "Llegaron los bárbaros con sus armas bendecidas por el Papa".

Y hay también una vieja vietnamita (sistema rudimentario de impresión de octavillas utilizado durante el franquismo), el despacho de una agrupación y el símbolo del exilio: una maleta y un libro. Nada extraño en unos hombres convencidos de que "la mejor arma del progreso es la cultura".


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