Frederick Forsyth se adentra en la 'guerra' de la cocaína

'Siempre trato de elegir un tema que no esté demasiado tratado', afirma 

El autor de obras de tanto éxito como 'Chacal' y 'Odessa' publica 'Cobra' 

Emma Rodríguez, Madrid
18/02/2011

Frente a quienes opinan que en la actualidad para fraguar cualquier historia sólo es necesario sentarse frente al ordenador, Frederick Forsyth sigue comportándose como un escritor a la antigua usanza, de los que se documentan sobre el terreno y viajan a los escenarios en los que han de localizarse sus novelas. Así lo ha hecho de nuevo el autor de obras de tanto éxito como 'Chacal' y 'Odessa' en su última entrega, 'Cobra' (Plaza & Janés).

Cuando la crisis económica y el poder de la banca son los temas dominantes en los medios, el escritor ha preferido centrarse en otra guerra, la del narcotráfico, que parece lejana para el ciudadano medio, a menos que la haya sufrido en su propia piel.
A la manera de un reportaje periodístico exhaustivo, como es habitual en él, con personajes excéntricos que conocen todos los resortes de los servicios secretos y llegan a establecer sus propias leyes de juego, Forsyth acaba trazando el mapa por el que se mueve la cocaína a través del mundo.

'Es una gran guerra'
"Siempre trato de elegir un tema que no esté demasiado tratado, que me lleve a desear saber, investigar, más. Hace unos tres años, leyendo como siempre periódicos y revistas, me llamó la atención una serie de artículos sobre diferentes intercepciones de cocaína. Entonces pensé que allí había una guerra en marcha. Tiré de mis contactos y, efectivamente, me lo constataron. 'Sí. Ahí hay una gran guerra y la estamos perdiendo', me dijeron", explica.

Entonces empezaron los viajes y el conocimiento de personas que estaban viviendo esa guerra en primera fila. De hecho, Cobra está dedicada a Justin, un joven agente infiltrado en la lucha contra el narcotráfico. "Son muchos los que se introducen en las bandas sabiendo que si son descubiertos van a pagar con sus vidas", señala el escritor.
Consciente de que sus libros son seguidos por miles de lectores en todo el mundo, ávidos de historias que les muestren los huecos ocultos del poder, Forsyth declara que no es su objetivo "emprender cruzadas sino entretener". Pese a ello siempre suelen colarse críticas más o menos veladas a los gobernantes.

En este caso un presidente norteamericano muy parecido a Obama pone todo su empeño en acabar con la cocaína, pero sus deseos se van diluyendo cuando ve que el asunto se le empieza a ir de las manos por impopular.

"Así son los políticos. Al final lo que les importa es ganar las elecciones", concluye un Forsyth, que sigue confiando en el poder de los medios de comunicación para seguir ofreciendo análisis serios y certeros de lo que sucede, "frente a la mayor imprecisión de Internet".