EE UU | Biografía crítica


Las X de Malcolm



· La gran obra póstuma de Manning Marable aborda las contradicciones del líder

· El ensayo cuestiona a la policía por su desprotección

Julio Valdeón Blanco, Nueva York


Manning Marable, profesor de la universidad de Columbia, autor de ensayos fundamentales sobre la relación entre negros y blancos en Estados Unidos, falleció el 1 de abril en Manhattan. Dos días después apareció en las librerías su gran obra, la biografía de Malcolm X en la que había trabajado durante los últimos veinte años. Autor de libros como 'Beyond black and white: transforming african-american politics' (1995) y 'Black liberation in conservative America' (1997), combativo politólogo, obsesionado con el racismo y sus consecuencias, Marable desarrolló una carrera repleta de peleas dialécticas. Maestro de historiadores, pastoreó a toda una generación decidida a cuestionar las fallas de América, inevitables puntos de fricción donde pasado y presente todavía crujen. Su 'magnum opus', este 'Malcolm X' saludado por la crítica como un auténtico hito, promete restaurar ciertas verdades a las que mito había oscurecido.


Manning Marable
Lo hace merced a la gran cantidad de revelaciones, la nutrida afluencia de datos y testimonios y, al cabo, el dibujo de un personaje carismático pero no siempre amable. Fabulador inveterado que enmarañó sus huellas para potenciar una carrera con tintes mesiánicos. Fue Malcolm X, en efecto, gran catalizador de rayos. Orador influyente, magnético y feroz. Repleto de zonas oscuras, inquietantes episodios que Marable revisa alejado del tópico.

No falta el recado a la policía y los servicios secretos, a los el que historiador, en lo que quizá sea el pasaje menos sólido de la obra, acusa de negligencia respecto a la seguridad de quien naciera con el nombre de Malcolm Little. Avisados de la conspiración en contra, de que había quien deseaba asesinar al líder, Marable opina que las fuerzas de seguridad se hicieron las locas. Quizá un buen plomazo otorgaría el doloroso pero necesario cierre a una carrera demasiado convulsa, que comenzó en la trinchera más violenta, pregonando las virtudes de la Nación del Islám, para acabar del brazo, o casi, del reverendo Martin Luther King. Ni que decir tiene que la policía de Nueva York ha respondido indignada. Con razón. Incluso el laborioso Marable fue incapaz de reunir las necesarias pruebas.

Conspiraciones aparte, se trata de un volumen lejos de la caricatura, contundente, apasionado, frío. Digno. Orgulloso fruto de quien ejercía dentro de una tradición, la del marxismo académico menos ortodoxo o sectario, que en Estados Unidos todavía cuenta con ilustres representantes. Según 'The New York Times', a Marable lo sobreviven su esposa, cinco hijos, su hermana y tres nietos. También una panoplia de libros, ponencias, colaboraciones, separatas y artículos en los que siempre destacó su esbelta prosa, dialécticos espejos por los que fluía el alma aulladora de un país eternamente asomado al pozo de las razas. A Malcolm X, también conocido como El-Hajj Malik El-Shabazz, le dedicó el más importante de sus trabajos, aquel que pivotará durante años como texto definitivo. Antídoto contra los excesos miticopoéticos del cine y la mala literatura.

Vacuna, así mismo, contra las trolas que el biografiado se consagró, trampas tejidas para reforzar el carácter redentor una trayectoria no por inquietante menos decisiva.

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