Mermad Avenue», el legado lírico de Woody Guthrie recuperado

Manuel De La Fuente, Madrid
28.12.2010
Foto - Guthrie com sua guitarra rotulada como
"Esta máquina mata fascistas"


Corría la primavera de 1995 y Nora, hija del gran trovador comunista Woody Guthrie, ya llevaba bastante tiempo revolviendo entre los miles de folios escritos por su padre. Docenas y docenas de letras, redactadas entre 1939 y 1967 (cuando Woody murió y dejó desconsolado a Dylan que le veló a menudo en su cama de un hospital neoyorquino) que merecían algo más que sobrevivir al polvo del tiempo en el baúl de los recuerdos.
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Portada del disco «Mermaid Avenue»
Nora buscó otro rojeras, el cantautor británico Billy Bragg, un tipo capaz entre los capaces de poner algo de orden en ese repertorio. Billy, chavalote avispado, pensó que en el proyecto se necesitaba la ayuda de alguien con conocimiento de causa y pasión por la música popular norteamericana. Los elegidos fueron Jeff Tweedy y sus Wilco. Nora estuvo de acuerdo, y entre todos decidieron crean nuevas partituras para esas letras, trovas populares pero de rabiosa y hermosa actualidad.
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Un par de años y pico más tarde, en 1998, el fruto de la colaboración estaba maduro: «Mermaid Avenue» era el título de un álbum de refrescante, luminosa y también melancólica canción popular, inspirado en Woody, como si él mismo hubiese asistido a las sesiones de composición y de grabación.
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Una vez más, pasado, presente y futuro de la música se unían y matrimoniaban como sólo los anglosajones saben hacer. Woody se habría sentido a sus anchas en esta compañía.