ALEMANIA

Miles de granjas siguen clausuradas

Un análisis indica que la contaminación con dioxinas
se debe a los pesticidas

10.01.2011

Residuos de pesticidas se encuentran en el origen de la contaminación con dioxinas de los aceites y grasas industriales utilizados para la producción de piensos para animales en Alemania, donde se mantienen clausuradas cerca de un millar y medio de granjas avícolas y porcinas.
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Así lo aseguró hoy la organización independiente para la defensa del consumidor alemana Foodwatch en base a análisis efectuados con una prueba de las grasas comercializadas por la empresa Harles & Jentzsch, causante del escándalo, que lo confirman "con una posibilidad que raya con la certeza".
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Un día después de que las autoridades reabrieran unas 3.000 granjas animales en el norteño estado federado de la Baja Sajonia, la ministra alemana de Agricultura, Ilse Aigner, anunció que se estudia endurecer los controles y concesión de licencias a los productores de piensos.
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Es necesario aclarar "si determinadas empresas, que se dedican al suministro de piensos, deben ser sometidas a una más severa concesión de licencias", afirma hoy Aigner en el rotativo Süddeutsche Zeitung.
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Las declaraciones se producen poco antes de reunirse hoy con representantes de las asociaciones de agricultores y ganaderos, de los fabricantes de piensos y miembros de organizaciones de protección del consumidor.
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"Quiero informaciones de primera mano", asegura la ministra, quien exige de los fabricantes de piensos que "no sólo participen activamente a la hora de aclarar lo sucedido, sino que también hagan propuestas concretas para evitar casos así en el futuro".
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Ilse Aigner contempla todavía con reservas la propuesta de los afectados para crear un fondo de ayuda con el argumento de que deben ser las empresas suministradoras de los piensos contaminados las que respondan económicamente por los daños causados.



Alemania cierra mil granjas por usar piensos tóxicos

Millones de huevos contaminados han sido distribuidos 

Juan Gómez, Berlín
06.01.2011 
Foto - Un operario analiza muestras de huevos en Baja Sajonia (Alemania).- GETTY

El escándalo de piensos contaminados por dioxinas en Alemania es más grave de lo que se creyó en un principio. Del 12 de noviembre al 23 de diciembre se distribuyeron entre 25 fabricantes de piensos unas 3.000 toneladas de grasas no aptas para la alimentación de animales. De estas empresas salieron entre 30.000 y 150.000 toneladas de piensos contaminados con dioxinas, que fueron utilizados en granjas avícolas y porcinas. Tras detectar estos productos, la CE activó el Sistema de Alerta Rápida de Alimentos y Piensos de la Comisión Europea.
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Estas grasas, fabricadas por una empresa de biodiesel llamada Petrotec, salieron al mercado para uso técnico. Las compró el intermediario holandés Olivet. La Fiscalía investiga cómo pudieron llegar a la comida que se da a animales destinados al consumo humano. Las grasas industriales son más baratas que las aptas para el consumo, así que la ministra de Alimentación, Ilse Aigner, daba ayer por "improbable" que llegaran a los pesebres sin que mediara la intención criminal de algún comerciante.
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Ayer, la policía alemana inspeccionó la fábrica de piensos Harles&Jentzsch, en el Estado federado (Land) de Schleswig-Holstein. También hubo registros en Baja Sajonia y detenciones de algunos convoyes de transporte. Se han cerrado más de 1.000 granjas y pocilgas en todo el país. Los piensos contaminados que llegaron a las granjas bastan para alimentar a decenas de millones de animales durante semanas. Cientos de miles, seguramente millones, de huevos con dioxinas están en circulación en Alemania. Se estima que unos 136.000 fueron exportados a Holanda.
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Es difícil saber en qué estanterías han terminado estos productos. En Turingia se utilizaron 52 toneladas de piensos contaminados para alimentar a un número indeterminado de cerdos que, según se cree, ya han sido vendidos, y casi medio millón de huevos contaminados llegaron a Baviera desde Baja Sajonia. El Gobierno de Renania del Norte-Westfalia publicó los números con los que pueden identificarse los huevos probablemente contaminados y el Ministerio de Consumo pidió ayer a las empresas afectadas que ofrezcan datos para localizar los alimentos distribuidos.
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Un portavoz de la Asociación del Comercio de Alemania dijo que la concentración de dioxinas "no supone un riesgo agudo para la salud" de quienes consumen huevos. Pero las asociaciones de consumidores alertan, sobre todo a niños y embarazadas, contra el consumo de huevos y de carne de ave o cerdo. Las dioxinas no son inmediatamente tóxicas, pero son cancerígenas a medio o largo plazo.
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