Hacia un neoclasicismo tanguero

Ramiro Gallo editó un nuevo disco, con composiciones propias, al frente de su orquesta "arquetípica"

Mauro Apicella
09.01.2011
Foto - Arte popular es el nombre que Ramiro Gallo eligió para su nueva creación. Foto - Fernando Massobrio

Ramiro Gallo levanta la vista y señala el lugar donde estuvo alojado la primera vez que vino a Buenos Aires. Llegó con 7 años y su violín colgado al hombro, para tocar con la orquesta provincial de niños y adolescentes que dirigía Roberto Benítez. "¿Viste el sistema de orquestas escuela que hay ahora? -pregunta mientras abre la puerta del lugar donde antes estaba el hotel donde se hospedó (ahora hay un bar)-. Bueno, en Santa Fe existe una de ese estilo desde hace 50  años", cuenta con orgullo.
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Suerte para él que esa primera vez que vino a Buenos Aires a tocar "El pintao" no haya sido la última que mezcló ansiedad, nervios y la alegría de subir a un escenario. "Sí, me sigue pasando cuando tengo que probar frente al público una composición o un arreglo nuevo", dice.
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Desde entonces vinieron varios años con el grupo El Arranque, el trabajo con la Orquesta Escuela de Tango, muchas partituras escritas, varios discos que llevan su firma. Lo nuevo del tanguero Ramiro Gallo es un libro que editará Ricordi en Alemania sobre un método de tango para violín y la publicación, en la Argentina, de un nuevo CD, Arte popular , que lo encuentra al frente de la típica que creó hace unos tres años. Finalmente, la orquesta "arquetípica" -según la llama- logró editar su disco. Arte popular tiene temas que le pertenecen al violinista, varios con letras propias, invitados como los cantantes Lidia Borda y Ariel Ardit y los bandoneonistas Víctor Lavallén y Leopoldo Federico.
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Lejos de perfilar su trabajo como un disco revisionista o de lanzarse a la experimentación, la música de este violinista parece reunir una síntesis de elementos tangueros muy en su propio estilo. Si el término sirve, se podría decir que es un disco neoclasicista dentro del panorama tanguero actual.
"Lo que me pasó fue que, luego de muchos años de trabajo en la Orquesta Escuela, en contacto con los viejos maestros como Emilio Balcarce, para mí hubo un quiebre. Cuando Emilio hablaba de la "expresión porteña" no se refería a la capacidad de expresar contenidos del papel sino a una cantidad de herramientas expresivas analizables y mensurables; no era algo simplemente referido a los sentimientos. A partir de eso se me hizo difícil seguir componiendo como lo hacía. Y el hecho de armar una orquesta tiene que ver con todo esto".
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-¿Arquetípica? 
-En realidad, para mí la típica es el grupo arquetípico del tango. Además, el tango tiene determinados efectos sonoros que no se pueden hacer con un grupo más chico. Y no me puedo olvidar de ese arquetipo que es para mí la orquesta de Alfredo Gobbi, que reúne una paleta completa de recursos del género. Posiblemente haya un eco de eso en este disco. Me siento muy identificado. Hasta he soñado que iba a su casa a invitarlo a tocar con nosotros. Es como establecer un puente... [se queda pensando]. Me parece que hay visiones muy parciales acerca del tango. Por ejemplo, no comparto la idea de verlo como una línea que va hacia adelante y que debe renovarse todo el tiempo. No sé qué es lo nuevo, la vanguardia. ¿Relacionar el vanguardismo con determinada tecnología? ¿O quizá se juzga lo moderno del tango por la actitud rockera que tenga? No digo que no sea válido. Sólo cuestiono lo moderno de eso. Siempre digo que el mejor disco de canciones que he escuchado es el de Elis y Tom, grabado en los 70. Hoy me suena moderno. Sin embargo, recuerdo un disco de Kraftwerk que me parecía música del año 3000 cuando salió y hoy me da risa porque es algo absolutamente pasado de moda. Por eso creo que el artista tiene que concentrarse en expresarse. El contenido es lo importante, no la forma.
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-¿Hay alguna entrelínea en el título del disco? 
-Tiene que ver con todo eso. Por ejemplo, Balcarce me contaba que cuando iban a tocar, si el tano Ruggiero hacía algo con el bandoneón que no estaba escrito y el público lo festejaba, eso después quedaba dentro del arreglo. Más allá del trabajo de los músicos, también había un ida y vuelta y una aprobación o una desaprobación. Eso quiere decir que el público contribuyó a la evolución del género. El tango es, entonces, un arte popular. Me da envidia esa época. Me encantaría que hoy fuera así. Pero bueno, con El Arranque hemos tenido momentos como ese. Tocábamos muy seguido y experimentamos eso.
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-¿Pudiste capitalizar, en tiempo y en producción musical, tu partida de El Arranque? 
-Se capitaliza lo interno. Mientras estuve en el grupo lo propio siempre estaba en un segundo plano. Ahora es al revés. Ahora se viene el disco con la orquesta, que presentaremos en marzo o abril. Espero que podamos tocar mucho este año. No es fácil con un grupo numeroso. Además, si la gente comienza a identificarse con sus músicos el tango tendría que ser la música que exprese sentimientos de la gente de acá. Yo creo que lo es, pero no está en los medios.
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-Más allá de los medios, es difícil que el tango vuelva a ser la banda de sonido de alguna generación. 
-Es interesante pensar en eso. ¿Cómo hubiera sido la banda de sonido de los 80 sin la Guerra de Malvinas, que con la prohibición de la música en inglés en las radios le dio un espaldarazo al rock nacional? Seguramente hubiera sido diferente. Hay otra cosa. Veo a un negro rapeando en Nueva York, con sus pantalones gigantes y su gorrita, en su contexto, y digo ¡qué bueno! Y cuando veo eso acá me parece ridículo. Porque de alguna manera ese escenario ha sido trasladado ficticiamente a todo el mundo. Lo que me revienta es que nos hayan cambiado el lenguaje. Por outro lado, hay cosas interesantes como el trabajo de los chicos de la Fernández Fierro, y de toda la camada de orquestas. Aunque me parece que falta una pulida musical, ahí sucede algo. Es válido. No sé si el tango terminará yendo para ahí. Aunque es cierto lo que decís: difícilmente vuelva a ser la banda de sonido. Pero no me puedo quedar cruzado de brazos y entregarme a esa realidad.
¿Qué hago entonces: tango electrónico?
Ni en pedo. Si yo trabajé en la Orquesta Escuela y vi a quienes trabajaron por algo y sintieron que todo eso con los años fue para abajo y casi muere, de repente venir a tomar esa posta es algo simbólico e importante, al menos para mí. Le compré a mi hijo la colección de discos que salió ahora de María Elena Walsh, esa que trae las canciones que escuché cuando era chico. Están llenas de sentido para mí; por eso tiene sentido que se las haga escuchar a él. Eso es tradición. Después, él verá qué hace con esos discos