Las chicas, más ye-yés que nunca


Señoras y señoritas ya no son una minoría en la música popular. Un libro, «Mujer y música», lo certifica


Manuel De La Fuente,/ Madrid
11.03.2011
Foto - - Imelda May, pasión por los años 50 - ALMUDENA ECED

No nos engañemos. A ellas les sienta mucho mejor una chupa de cuero. Y una fender en sus manos es una hoguera en llamas. Las chicas son cada vez más guerreras, y ya no existe la menor duda de que en la música pop las cosas entre hombres y mujeres están desde hace años prácticamente fifty-fifty. Y aquí no han metido mano ni doña Leire ni doña Bibiana, que las damas se lo han ganado a pulso.

Por supuesto, hubo pioneras. Damas del jazz (Holiday, Vaughan, Fitzgerald), rockeras de armas tomar (Patti Smith, Janis Joplin, Grace Slick), cantautoras de pro (Joan Baez) y poperas de los 60 (Supremes, Ronettes), pero ha sido desde principios de los 90 cuando las chicas se han puesto más ye-yés que nunca. Buena parte de esta historia es el corazón de «Mujer y música. 144 discos que avalan esta relación», un delicioso libro de Toni Castarnado (curtido en publicaciones como «Ruta 66», «Mondo sonoro»), con sabrosísimo prólogo de Rickie Lee Jones. De la A (de Abbey Lincoln) a la Z, bueno a la W (de Wanda Jackson) pasando por muchas de las chicas que a usted le hacen tilín: Ani DiFranco, Mama Cass Elliot, Dolly Parton, Judy Garland, Nancy Sinatra, Suzanne Vega...

Un «casting» difícil
Un reparto de excepción. Pero, ¿cómo ha sido el casting?: «Un porcentaje son una debilidad personal o artistas más oscuras que creo que tienen una historia interesante que debía darse a conocer. Y, por otro lado, hay nombres (pocos) que no son los discos que escuche a menudo, pero que tienen una especial relevancia. Y luego están las que todo el mundo pondría en su lista, los nombres que todos nos sabemos de memoria».

Por supuesto, siempre ha habido mujeres, y de mucha importancia, en la música popular, pero ¿hay un momento de inflexión en el que su incorporación es masiva, como sucede hoy en día? Castarnado hace balance: «En todas las épocas ha habido mujeres que han desempeñado una función importante. Las cantantes de blues a principios del siglo XX, todas las rutilantes cantantes de jazz en los 50, las cantantes de soul y de música negra, o el folk más revolucionario y político en los 60, o qu decir del rock más crudo y visceral en los 70, con Patti Smith y Janis Joplin como abanderadas. Pero yo me quedo, por cercanía, con los primeros 90: PJ Harvey, Ani DiFranco, Tori Amos, Björk, el auge e impacto comercial de Alanis Morissette o Sheryl Crow, incluso esa irrupción de chicas como Joan Osborne, Lisa Germano o Liz Phair. Creo que ése el punto de inflexión, más la cantidad enorme de cantautoras de raíz americana. Eso provocó que ahora sean muchas más las mujeres que se atreven a coger una guitarra y cantar. Y luego está Madonna, que merece un punto y aparte».

No falta por supuesto un punto de vista más caliente, el posible componente erótico o sexual de la música hecha por mujeres. «Algo hay, eso es obvio, pero no creo que sea ese el principal argumento, aunque es evidente que hay connotaciones de ese tipo —reflexiona Toni Castarnado—. Cat Power tiene ese atractivo, ver tocar el piano a Tori Amos da morbo, u observar a PJ Harvey vestida toda de cuero. O la guapísima Imelda May, que presume siempre de feminidad, y eso está bien cuando surge de manera natural, y ella sabe cómo hacerlo, resultando atractiva y divertida».


Mucho más que nunca, las chicas dan la nota. Y muy alta.


Mucho más que hormonas
Las mujeres, como cuenta Castarnado, aportan mucho más que hormonas al planeta pop-rockero, como es «una sensibilidad especial al interpretar y al escribir. Y el hecho de poder ser madres marca una manera de funcionar distinta a la de los hombres. Y sus voces mutan y maduran de distinta forma».

Puestas al pie de la letra, los textos de las musiqueras suelen ir «más allá de los tópicos, abordando el tema de la igualdad, de la injusticia por el hecho de ser mujer, y la convicción de que lo más inteligente es seguir luchando».

http://www.abc.es/