'Hispa-sci-fi'


La ciencia ficción vive su momento de gloria en España
La recuperación de clásicos se une a la aparición de nuevos valores


Álvaro Cortina, Madrid
21/03/2011

"Hay alguna especie de prejuicio sobre la literatura 'sci-fi' [ciencia ficción] hecha en nuestro país. Los autores extranjeros gozan de una gran aceptación, pero no los que escribimos en castellano, catalán, euskera o gallego. Parece que no nos tomemos en serio los mismos argumentos si ocurren en Maine que si suceden en Lavapiés o Néjar", dice Marc Pastor (1977), autor de un reciente 'thriller' preapocalíptico en Barcelona, 'El año de la plaga'. Añade: "Sin embargo, creo que es un tabú que se está rompiendo y que a medio plazo acabará por derrumbarse". Rodolfo Martínez (1965), Premio Minotauro 2005, que trajo el cyberpunk de William Gibson a España (léase 'La sonrisa del gato'), creador de la saga de Drímar, comenta: "En los años 90, fue cuando empezó a romperse con claridad el tabú, por parte de los editores del género, de publicar autores españoles".

Viajemos hacia atrás. Hacia el futuro del pasado, mucho antes de la caída del tabú. A los clásicos de la ciencia ficción española, ahora que se ha reeditado por segunda vez desde 1978 'El anillo del poder' (Silente), de la saga 'La caída del Imperio Galáctico', de Carlos Saiz Cidoncha (1939). Le llaman el "Asimov español". Saiz Cidoncha no está de acuerdo: "Asimov es el Saiz Cidoncha americano". Qué más da. Junto con Antonio Torres Quesada o Domingo Santos es un clásico viviente en torno a la mítica revista 'Nueva Dimensión' ("la revista que, entre 1968 y 1982 fue un punto de referencia claro para los aficionados a la ciencia ficción", explica Rodolfo Martínez). Ensalzado, Saiz Cidoncha, por toda esa red de convenciones del género y fans del 'fandom' patrio. "Lo bueno que tiene este género es la libertad que tienes. No hay esquemas", comenta el veterano.

"Lo primero que empecé a leer de ciencia ficción española es 'La saga de los Aznar'. Que no tiene nada que ver con la ciencia ficción americana. Enguídanos, su autor, es completamente español", explica Saiz Cidoncha. Habrá que remontarse a un futuro aún más pretérito. Esta saga de novelas de "a duro" ('pulp' castizo de los quioscos de posguerra) es un hito absoluto. George H. White, el autor, era pseudónimo del valenciano Pascual Enguídanos (1923-2006). "Por entonces, esos editores exigían tal o cuál número de muertes o secuestros, y cambiaban lo que querían. Desconocían mucho del género. Y ponían nombres americanos inventados a los autores", comenta el mítico novelista y aficionado de este género desterrado de los suplementos culturales patrios.

"Yo no soy el Asimov español; ¡Asimov es el Cidoncha americano!"

Y con George H. White otros tantos. José Caballer (como Larry Winters,) Rafael Barberán (como Ralph Barby), o Antonio Vega Ramírez (como Lou Carrigan). Añadimos a los mentados Torres Quesada , creador del "Orden Estelar", alias Thorkent, y a Domingo Santos, autor de la mítica 'Gabriel. Historia de un robot' (1962), alias Peter Danger, a veces Peter Dean. Desde el Venus con dinosaurios y selvas prehistóricas, los 'thorbod' despóticos y los oprimidos saissai que subleva Miguel Ángel Aznar de Soto, según la saga intergaláctica de Enguídanos/White hasta la Transición, la cosa cambia. En los 70 (cuando publica Saiz Cidoncha) los autores abandonan la política de seudónimos exóticos. Avanzando con su tiempo.

Habla el Asimov español (o al revés), físico licenciado (también en Derecho y en Ciencias de la Información): "Es curioso que la ciencia ficción siempre es un reflejo de los lugares comunes de la Física de su momento. Antes sólo había estrellas y nebulosas. Hoy hay muchos más elementos. Los púlsares, cuásares, por ejemplo. Pero se han dicho auténticas barbaridades, como cuando se especulaba con la misteriosa cara oculta de Mercurio o la atmósfera de Venus. Muchas veces aparecen teorías que después se han desechado. Yo no me he metido nunca en grandes berenjenales, pero me he preocupado al menos de la astronomía".

Editoriales como Toray, Bruguera, Futuro, la colección Nebulae de Edhasa, fueron enhebrando toda una tradición de distopías y space operas que alumbra a nuestros Heinleins, a nuestros Clarkes. Y a esto hay que sumar la creación de convenciones (el HipaCon) que hacen varias grupos de aficionados (como la que ha resultado un compuesto fandom: Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror), o premios (el UPC, el Minotauro...). Aparte de los fanzines y las revistas, piezas remotas de arqueología de segunda o tercera mano (joyas, muchas) que los (usemos esta vez con propiedad un vocablo manido) 'freakies' buscan por las librerías de viejo.

Explica Rodolfo Martínez: "Para mí, el primer autor que le da una voz propia a la ciencia ficción española, con calidad y elementos muy autóctonos es Gabriel Bermúdez, con obras como 'El señor de la rueda' o 'Viaje a un planeta Wu-Wei'. Tenemos luego dos hitos claros, en los 80: por una lado 'Lágrimas de luz' de Rafael Marín y, por el otro 'Mundos en el abismo' de Juan Miguel Aguilera y Javier Redal. Estas dos obras, cada una a su muy distinto modo, demuestran por primera vez que la ciencia ficción española puede medirse sin complejos con las obras más punteras que nos vienen de fuera". Marc Pastor, por su parte, destaca, de entre los clásicos a Pere Calders y a Joan Perucho, y más adelante a Albert Sánchez Piñol, y a Félix Palma "especialmente, por su maravillosa aportación a las novelas de los viajes en el tiempo, que ya es un clásico".

Los complejos, los tabús. Pero con grandes aficionados y promotores. Habla Martínez: "En la ciencia ficción se da un fenómeno ajeno a otros géneros, y es el hecho del 'fan', del simple aficionado que acaba evolucionando al escritor o al editor profesional o semi-profesional. Eso es algo que pasa, creo, en todo el mundo. Y pasa, me parece, sólo en la ciencia ficción (bueno, y sin duda en la fantasía). Quizá precisamente porque existe un núcleo de aficionados muy activos". Estos aficionados pueden ir a comprar ahora en primera mano los dos primeros volúmenes de 'La caída del Imperio Galáctico', que estarán junto al auge de títulos más próximos en el tiempo, en nacidos en momentos más benignos para el género. Ahora Saiz Cidoncha es compañero de sección de Javier Negrete y Rodolfo Martínez. 'Fandom' recuperado.

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