LIVRO

Las obras de Borges, con datos y secretos para entender mejor

Esta edición crítica, de Rolando Costa Picazo, explica detalles literarios y biográficos.

Foto – Borges. escribiendo bien cerca de su cuaderno quando aun veia

Por Maria Paula Bandera
08.09.2010

“Yo padecía mucho de insomnio. Me acostaba y empezaba a imaginar. Me imaginaba la pieza, los libros en los estantes, los muebles, los patios. El jardín de la quinta de Adrogué; esto era en Adrogué. Imaginaba los eucaliptus, la verja, las diversas casas del pueblo, mi cuerpo tendido en la oscuridad. Y no podía dormir. De allí salió la idea de un individuo que tuviera una memoria infinita”: sí, es palabra de Jorge Luis Borges. Le estaba contando a María Esther Gilio, en una entrevista, acerca del insomnio que padecía y que dio origen a “Funes, el memorioso”. Borges con lupa, Borges al derecho y al revés, Borges y sus escritores favoritos, Borges y sus mujeres: todo lo que Borges escribó, anotado por un erudito. Esta es la innovación de la Edición Crítica de sus Obras Completas que lanzó Emecé.

El erudito es el profesor Rolando Costa Picazo. Y lo que se presentó ayer fue el segundo tomo, que abarca el período 1952-1972 de la producción de Borges: el libro de ensayos Otras Inquisiciones , el de poesías y prosas breves El Hacedor , tres libros de poemas: El otro, el mismo ; Elogio de la sombra y El oro de los tigres ; un libro de milongas: Para las seis cuerdas y uno de cuentos, El informe de Brodie .

Vaya otro ejemplo de nota de esta nueva edición. Más “Insomnio”: en este caso, el poema que lleva ese nombre incluido en El otro, el mismo . El profesor dice que se trata de un poema modernista. Y explica: “Abunda en el recurso de la personificación: ‘un espejo incesante/ que lo prodiga y que lo acecha’). El uso idiosincrático (particular) del adjetivo es generalizado (“filo mellado”, “espejo incesante”). Se enfatiza lo negativo y cunde la desesperanza. Asimismo, domina lo artificial y metálico en detrimento de lo natural”.

¿Por qué una edición crítica? Lo explica Pedro Luis Barcia, presidente de la Academia Argentina de Letras: “las obras borgesianas son difíciles para el lector común, y aun arduas, en muchos rasgos, para el especializado. Ello radica en do aspectos: la abundancia de supuestos y alusiones a teorías filosóficas, estéticas, lingüísticas y teológicas; y a las apelaciones a obras, autores y mitos de la cultura universal”.

Bueno, ahora todo eso está anotado en el mismo volumen, que de eso se trata una edición crítica. Costa Picazo trabajó para “auxiliar la lectura y de facilitar la comprensión de Borges para un mayor deleite. Ahorrarle al lector la necesidad de acudir a otros textos para averiguar datos sobre el Roman de la rose , algún poema de John Donne, Vedanta o la presencia de Shakespeare o Dante en su obra”, señala Costa Picazo.

Un último ejemplo: un recurso que Borges usaba mucho era inventar escritores. Y atribuirles escritos. Es el caso de Gaspar Camerarius, a quien le atribuye estos versos: “Yo, que tantos hombres he sido, no he sido nunca/ Aquel en cuyo amor desfallecía Matilde Urbach”. Hubo biógrafos que especularon con que Matilde era un amor del escritor, una pasión desbordante. No, era un juego de Borges: se trababa apenas del personaje de un libro casi desconocido que reseñó alguna vez. La publicación a cargo de Emecé no sorprende, debido a que la editorial acompañó al escritor durante toda su carrera literaria. “Como editores históricos de toda la obra de Borges, teníamos una asignatura pendiente, tanto con los lectores borgianos, como con Borges mismo. Además, no nos podíamos privar del legítimo orgullo de emprender un proyecto de esta envergadura”, señala Alberto Díaz, director Editorial de Emecé.

Y apunta que en abril del año próximo saldrá el último volumen destinado a las obras publicadas entre 1975 y 1985.
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