FOTOGRAFÍA - Thurston Hopkins


La fiera de la Leica


Thurston Hopkins, uno de los fotoperiodistas británicos más reconocidos del siglo XX, ordena a través de una exposición en Londres su memoria de la Europa de los años cincuenta, que comprende desde escenas de la vida cotidiana en los suburbios hasta imágenes memorables de estrellas de cine.

A los 98 años, Hopkins ha seleccionado junto a su mujer, la también fotógrafa Grace Robertson, las imágenes más relevantes que tomó en torno a aquella década, el final de una época dorada para el fotoperiodismo en la que las revistas ilustradas de gran tirada mostraron por vez primera al público aspectos desconocidos de su realidad más cercana.

La mayoría de las imágenes reunidas en la Getty Images Gallery londinense, reveladas a partir de los negativos originales, fueron publicadas por la legendaria revista británica 'Picture Post'.

Publicaciones como la francesa 'Paris Match', la estadounidense 'Life', y 'Picture Post' hicieron célebre el trabajo de otros fotógrafos como Robert Capa, Bill Brandt, Erich Salomon, Margaret Bourke-White y el propio Hopkins.

A través de la lente de su cámara Leica, Hopkins capta escenas de pobreza en ciudades inglesas que se convirtieron en iconos de una época, como la del niño jugando con una pistola en la calle, con medio cuerpo metido en el agujero de un depósito de carbón, o la de la niña durmiendo tapada sólo con periódicos.

Imágenes de las tabernas donde los trabajadores se reunían al final de su jornada para beber vino conviven con instantáneas de la vida burguesa en Londres y París, jardines ornamentados para tomar el té de las cinco en la campiña inglesa y fotografías de los primeros turistas en las playas del sur del Reino Unido.

Estrellas de cine como la actriz estadounidense Joan Crawford y la sueca Ingrid Bergman posan también para el fotógrafo, que impone como condición para sus retratos la naturalidad del personaje.

El británico cuenta con la complicidad de Alfred Hitchcock ( foto )  en una de las imágenes expuestas, en la que el realizador cinematográfico, con gesto inquieto, mira a uno de los leones en el exterior del Museo Británico.

"Hopkins tenía una capacidad extraordinaria para lograr que la gente confiara en él y se dejara fotografiar. Accedía a sitios donde muy pocos podían entrar", comentó a Efe la directora de la galería, Louise Garczewska.

El fotoperiodista, que cubrió el frente italiano durante la Segunda Guerra Mundial, defendió una aproximación artística a la fotografía de reportaje, por encima de la búsqueda de la perfección técnica.

En algunas sus imágenes, el británico no pretende ir más allá de la contemplación estética de la vida cotidiana.

Es el caso del famoso retrato de un gato reposando sobre el capó de un elegante automóvil o la instantánea en la que un conductor comparte asiento con su perro lanudo.

Hopkins fue también un férreo defensor del estrecho vínculo que une el texto y las fotografías en una pieza periodística, una manera de entender la profesión que marcó la línea editorial de la revista Picture Post.

Tras el declive de las publicaciones ilustradas, vencidas por la televisión y el cine, Hopkins siguió los pasos de muchos de sus colegas y comenzó una exitosa carrera en el floreciente mundo de la publicidad a la que puso fin a finales de los sesenta.

Con 98 años, Hopkins ha elegido sus imágenes preferidas y las ha vuelto a revelar.
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