Para acompanhar via net a Espanha Rebelde
20/05/2011
A rebelião será transmitida online: sites, twitter, facebook, mapas interativos, webcams, e álbuns de fotos permitem seguir movimento sem intermediários
Por Cauê Seigner Ameni
“Se não nos deixam sonhar,
não os deixaremos dormir!”
“Não somos mercadorias nas mãos
dos políticos e dos banqueiros!”
(19/5/2011, Puerta del Sol, Madri)
Outras Palavras oferece um guia virtual para acompanhar as efervescentes ocupações que se alastrou por mais de 200 praças espanholas.
Os sites do movimento
As ocupações são resultado de um conjunto de articulações. O site oficial do movimento 15 de maio, Toma la plaza, permite conhecer as ultimas ações, comunicados e reivindicações da mobilização, que se propagou da capital madrilena para outras cidades do pais. Já em Democracia Real Ya, “Uma verdadeira democracia, agora”, contem outras instigantes informações, como câmeras instaladas sobre a Puerta Del Sol, cujos ocupantes – curiosa inversão das relações tradicionais entre Centro e Periferia – não hesitam em compará-la à famosa praça Tahrir, do Cairo. Fornecem transmissão de vídeo ao vivo da ocupação. Por fim, Juventud Sin Futuro, um coletivo formado no início de abril e também muito ativo na organização dos acampamentos em toda a Espanha.
Diagonal:
Em Diagonal, um semanário altermundista e inovador, sediado em Lavapiés, o famoso bairro boêmio e imigrante de Madri, cobertura jornalística vasta do movimento.
No Twitter:
Informações sempre atualizadas, pelo Twitter com as palavras-chave (hashtags):
•#democraciarealya
•#acampadasol
•#spanishrevolution
•#yeswecamp
•#nonosvamos
No Facebook:
A página da mobilização no Facebook já reúne cerca de 77 mil pessoas, onde os manifestantes além de organizarem fortificam virtualmente o movimento, compartilhando; notícias, musicas, fotos, idéias, vídeos, gritos, manifestações, bandeiras, piadas e tudo mais o que a criatividade – e o faceebook – permitir.
Mapa Online:
Foram mapeados recentemente todos os acampamentos das manifestações espalhada mundo a fora, com uma riquíssima base de dados, detalhando os locais, horários, blogs e etc. Vale a pena conferir!
Fotos:
Pode-se conferir centenas de imagens do movimento e seus personagens no álbum do FlickR, atualizadas diariamente.
Outros sites:
Pouco a pouco, centenas de pequenas organizações reuniram-se em apoio aos jovens:
Associação Nacional de Desempregados (http://adesorg.blogspot.com/).
A página Internet das famílias endividadas com financiamentos imobiliários (http://afectadosporlahipoteca.wordpress.com/).
Attac, a versão espanhola do movimento contra a ditadura dos mercados. (http://www.attac.es/),
Movimento em favor de que ninguém vote nas eleições (em http://www.nolesvotes.com/) e outros.
boletimdiplo@listas2.rits.org.br
almanaque
Un ensayo fulmina la figura de Freud
El francés Michel Onfray publica su demoledor ensayo contra el 'padre' del psicoanálisis
"Extendió al mundo entero sus neurosis para que fueran digeribles"
"Tumbó a su propia hija en el diván durante años, pese a las normas"
"Su método era para ricos, a los pobres la enfermedad les iba bien para huir de su vida" |
"Es conservador, bajo una capa emancipadora nos somete a una nueva religión"
por Xavi Ayén
Bajo la pretensión de edificar una ciencia, Sigmund Freud (1856-1939) erigió, en realidad, una construcción artística, una filosofía que ha ejercido enorme influencia en Occidente pero que tiene más que ver con la literatura y el pensamiento mágico que con un análisis del mundo que pueda ser universalmente compartido. Esa es, a grandes rasgos, la tesis nuclear del ensayo Freud El crepúsculo de un ídolo (Taurus), que se puso a la venta el pasado viernes y que dibuja a un Freud megalómano y mentiroso, adicto a la cocaína durante diez años, con una relación insana con sus padres –y ya no digamos con su hija Anna– y “obsesionado en extender al mundo entero sus propias neurosis con el fin de hacerlas más digeribles”.
El libro –que llega a España precedido del debate que generó el año pasado en Francia– es obra del filósofo Michel Onfray (Argentan, 1959), conocido, sobre todo, por su Tratado de ateología (Anagrama / Edicions de 1984) de hace seis años, un inesperado superventas en el que reivindicaba un nuevo modo de ser ateo, positivo, hedonista y defensor de la vida terrena frente a todo tipo de trascendencia. Las críticas al psicoanálisis –cuya eficacia terapéutica Onfray equipara al efecto placebo– no son algo nuevo, existen casi desde que esta disciplina vio la luz y las han formulado, por ejemplo, autores como Wittgenstein, Popper o Sartre, pero sin duda la habilidad del ensayista normando como divulgador y agitador otorgan al tema una renovada actualidad.
Onfray establece los diez puntos clave del freudismo y les contrapone diez réplicas, que desarrolla a lo largo de las casi 500 páginas del volumen. Frente a la importancia que esta doctrina da a los lapsus, los actos fallidos y los sueños, por ejemplo, el autor sostiene que “es posible, en efecto, atribuir un sentido a estos sucesos, pero de ninguna manera desde una perspectiva estrictamente libidinal y edípica”. El psicoanálisis “procede, básicamente, de la biografía de su inventor y funciona a las mil maravillas para comprenderlo a él... y solo a él”. Freud, en efecto, sintió deseo sexual hacia su madre, un fuerte rechazo hacia su padre y tuvo deseos incestuosos y una situación familiar confusa, “con renuncia a la sexualidad conyugal incluida”. Sus teorías serían, así, “la extrapolación a la humanidad entera de nociones que a él sí le encajaban como un guante”, como el complejo de Edipo.
Asimismo, el retrato que haceOnfray de la relación de Freud con su hija Anna resulta estremecedor. “Desde los 13 o 14 años, la hace asistir a las reuniones de la Sociedad Psicoanalítica de Viena. Sorprende que un padre exponga a su joven hija a debates sobre la sexualidad anal, el incesto o las más oscuras perversiones sexuales”. Hay más: “Pese a la deontología definida por el propio Freud, que exhorta al psicoanalista a no tender jamás en su diván a allegados o familiares, él sometió a su hija Anna a análisis desde 1918 a 1922 y luego de 1924 a 1929, a razón de cinco o seis sesiones semanales. Es decir, que su propia hija le tenía que contar sus fantasías sexuales, sus angustias, su vida íntima... Freud contribuyó a crear los fantasmas de su hija, como el deseo de ser pegada por el padre, y se mostró con ella como alguien celoso, posesivo y tiránico, alejándola de los hombres. Anna terminó por ser lesbiana, y Freud, ni corto ni perezoso, tumbó en su diván... ¡a la compañera de su hija!”.
Lo peor, en cualquier caso, es la falta de deontología de Freud, según el relato de Onfray, quien detalla manipulaciones flagrantes de sus casos clínicos –a los que “curaba solo sobre el papel”–, destrucción de correspondencia, falsificación o directamente invención de casos... “Se trataba de que nada desmintiera sus teorías”. Onfray lo hace responsable del sufrimiento de mucha gente, así como de “dos muertes directas” de pacientes, entre ellas “la de un amigo suyo que se inyectó cocaína siguiendo sus indicaciones, lo que luego él, cobardemente, negaría”. Algunos ejemplos parecen, contados por Onfray y con la distancia que da el tiempo, ciertamente risibles: a una mujer que tiene un eccema alrededor de la boca le diagnostica que su padre la obligó a una felación de niña; a un paciente que tiene pánico a afeitarse y no consigue beber cerveza, le dice que ello debe de ser a causa de que, en su infancia, vio a su niñera sentada con las nalgas desnudas en un tazón de afeitar lleno de cerveza “para hacerse lamer a continuación” (“¡situación muy probable, en efecto!”, se divierte Onfray, que ve intolerable que “un terapeuta envíe a casa a todos sus pacientes con el diagnóstico de que la heterogeneidad de sus males depende de una sola y la misma causa: un trauma infantil debido a un abuso sexual”). El mismo Freud abandonaría este radicalismo por un tiempo pero Onfray lo atribuye a que “los pacientes empezaron a desertarle”.
Todo ayuda al dibujo que persigue el autor de este Freud...: desde sus coqueteos con el ocultismo y la telepatía hasta su adicción a la cocaína (“necesito mucha”, le escribe a un amigo) pasando por la avidez por el dinero y la ascensión social, que lo condujo, según Onfray, “a idear un método que le permitiera hacerse rico, solo apto para los burgueses adinerados”, pues llegó “a rechazar a los pacientes pobres, argumentando incluso que para ellos la enfermedad era preferible a su triste vida cotidiana, una especie de vía de escape”. Onfray ha calculado que Freud cobraba el equivalente a 415 euros por sesión. Cada sesión duraba una hora, y llegó a tener hasta diez diarias, “con lo que al final del día se embolsaba no menos de 3.300 euros, y hay que decir que en las sesiones de la tarde se dormía con frecuencia, lo que llegó a justificar como algo que no afectaba a la terapia”.
Los capítulos finales se consagran a mostrar por qué, en opinión del autor, el psicoanálisis no es un movimiento liberal o progresista, sino conservador, pues lo que ha hecho es, “bajo una capa emancipadora, someternos a una nueva religión secular, cuyos mandamientos, como sucede en las sectas, no son nunca demostrados sino que basan su validez en la palabra del hechicero. La izquierda, al menos en Francia, se cree todavía la leyenda de Freud como liberador, judío progresista, amigo de las mujeres... pero en realidad tuvo simpatías por los cesarismos políticos del siglo XX, como testimonia una dedicatoria extremadamente afectuosa que le hizo a Mussolini en 1933... Fue misógino y falócrata”. Las opiniones homófobas de Freud –quien también vio la masturbación como una patología– son traídas a colación por Onfray para redondear su retrato.
El día que vino Marilyn
La hija del padre de todo, Anna Freud, trabajará –a pesar de que su título era el de maestra– como psicoanalista de niños. Pero su paciente más célebre será la actriz Marilyn Monroe. Onfray lo recuerda: “En 1956, un Rolls se detiene frente a la consulta de Anna Freud. La actriz está a punto de hundirse en otra depresión nerviosa y desaparece durante una semana de un rodaje en Londres para echarse en el diván de Anna. Marilyn le confiesa que ha leído La interpretación de los sueños y que le encanta desnudarse en público. Anna la sienta en el extremo de una larga mesa y le da unas canicas de vidrio para, en función de lo que haga con ellas, emitir un diagnóstico. Marilyn lanza las canicas una tras otra. La doctora emite su oráculo: eso es el deseo de un contacto sexual. En los archivos del centro está su ficha, que dice: ‘Impulsividad exagerada, necesidad constante de aprobación exterior, no tolera la soledad, tendencia a las depresiones...’”
http://www.lavanguardia.es/
El francés Michel Onfray publica su demoledor ensayo contra el 'padre' del psicoanálisis
"Extendió al mundo entero sus neurosis para que fueran digeribles"
"Tumbó a su propia hija en el diván durante años, pese a las normas"
"Su método era para ricos, a los pobres la enfermedad les iba bien para huir de su vida" |
"Es conservador, bajo una capa emancipadora nos somete a una nueva religión"
por Xavi Ayén
Bajo la pretensión de edificar una ciencia, Sigmund Freud (1856-1939) erigió, en realidad, una construcción artística, una filosofía que ha ejercido enorme influencia en Occidente pero que tiene más que ver con la literatura y el pensamiento mágico que con un análisis del mundo que pueda ser universalmente compartido. Esa es, a grandes rasgos, la tesis nuclear del ensayo Freud El crepúsculo de un ídolo (Taurus), que se puso a la venta el pasado viernes y que dibuja a un Freud megalómano y mentiroso, adicto a la cocaína durante diez años, con una relación insana con sus padres –y ya no digamos con su hija Anna– y “obsesionado en extender al mundo entero sus propias neurosis con el fin de hacerlas más digeribles”.
El libro –que llega a España precedido del debate que generó el año pasado en Francia– es obra del filósofo Michel Onfray (Argentan, 1959), conocido, sobre todo, por su Tratado de ateología (Anagrama / Edicions de 1984) de hace seis años, un inesperado superventas en el que reivindicaba un nuevo modo de ser ateo, positivo, hedonista y defensor de la vida terrena frente a todo tipo de trascendencia. Las críticas al psicoanálisis –cuya eficacia terapéutica Onfray equipara al efecto placebo– no son algo nuevo, existen casi desde que esta disciplina vio la luz y las han formulado, por ejemplo, autores como Wittgenstein, Popper o Sartre, pero sin duda la habilidad del ensayista normando como divulgador y agitador otorgan al tema una renovada actualidad.
Onfray establece los diez puntos clave del freudismo y les contrapone diez réplicas, que desarrolla a lo largo de las casi 500 páginas del volumen. Frente a la importancia que esta doctrina da a los lapsus, los actos fallidos y los sueños, por ejemplo, el autor sostiene que “es posible, en efecto, atribuir un sentido a estos sucesos, pero de ninguna manera desde una perspectiva estrictamente libidinal y edípica”. El psicoanálisis “procede, básicamente, de la biografía de su inventor y funciona a las mil maravillas para comprenderlo a él... y solo a él”. Freud, en efecto, sintió deseo sexual hacia su madre, un fuerte rechazo hacia su padre y tuvo deseos incestuosos y una situación familiar confusa, “con renuncia a la sexualidad conyugal incluida”. Sus teorías serían, así, “la extrapolación a la humanidad entera de nociones que a él sí le encajaban como un guante”, como el complejo de Edipo.
Asimismo, el retrato que haceOnfray de la relación de Freud con su hija Anna resulta estremecedor. “Desde los 13 o 14 años, la hace asistir a las reuniones de la Sociedad Psicoanalítica de Viena. Sorprende que un padre exponga a su joven hija a debates sobre la sexualidad anal, el incesto o las más oscuras perversiones sexuales”. Hay más: “Pese a la deontología definida por el propio Freud, que exhorta al psicoanalista a no tender jamás en su diván a allegados o familiares, él sometió a su hija Anna a análisis desde 1918 a 1922 y luego de 1924 a 1929, a razón de cinco o seis sesiones semanales. Es decir, que su propia hija le tenía que contar sus fantasías sexuales, sus angustias, su vida íntima... Freud contribuyó a crear los fantasmas de su hija, como el deseo de ser pegada por el padre, y se mostró con ella como alguien celoso, posesivo y tiránico, alejándola de los hombres. Anna terminó por ser lesbiana, y Freud, ni corto ni perezoso, tumbó en su diván... ¡a la compañera de su hija!”.
Lo peor, en cualquier caso, es la falta de deontología de Freud, según el relato de Onfray, quien detalla manipulaciones flagrantes de sus casos clínicos –a los que “curaba solo sobre el papel”–, destrucción de correspondencia, falsificación o directamente invención de casos... “Se trataba de que nada desmintiera sus teorías”. Onfray lo hace responsable del sufrimiento de mucha gente, así como de “dos muertes directas” de pacientes, entre ellas “la de un amigo suyo que se inyectó cocaína siguiendo sus indicaciones, lo que luego él, cobardemente, negaría”. Algunos ejemplos parecen, contados por Onfray y con la distancia que da el tiempo, ciertamente risibles: a una mujer que tiene un eccema alrededor de la boca le diagnostica que su padre la obligó a una felación de niña; a un paciente que tiene pánico a afeitarse y no consigue beber cerveza, le dice que ello debe de ser a causa de que, en su infancia, vio a su niñera sentada con las nalgas desnudas en un tazón de afeitar lleno de cerveza “para hacerse lamer a continuación” (“¡situación muy probable, en efecto!”, se divierte Onfray, que ve intolerable que “un terapeuta envíe a casa a todos sus pacientes con el diagnóstico de que la heterogeneidad de sus males depende de una sola y la misma causa: un trauma infantil debido a un abuso sexual”). El mismo Freud abandonaría este radicalismo por un tiempo pero Onfray lo atribuye a que “los pacientes empezaron a desertarle”.
Todo ayuda al dibujo que persigue el autor de este Freud...: desde sus coqueteos con el ocultismo y la telepatía hasta su adicción a la cocaína (“necesito mucha”, le escribe a un amigo) pasando por la avidez por el dinero y la ascensión social, que lo condujo, según Onfray, “a idear un método que le permitiera hacerse rico, solo apto para los burgueses adinerados”, pues llegó “a rechazar a los pacientes pobres, argumentando incluso que para ellos la enfermedad era preferible a su triste vida cotidiana, una especie de vía de escape”. Onfray ha calculado que Freud cobraba el equivalente a 415 euros por sesión. Cada sesión duraba una hora, y llegó a tener hasta diez diarias, “con lo que al final del día se embolsaba no menos de 3.300 euros, y hay que decir que en las sesiones de la tarde se dormía con frecuencia, lo que llegó a justificar como algo que no afectaba a la terapia”.
Los capítulos finales se consagran a mostrar por qué, en opinión del autor, el psicoanálisis no es un movimiento liberal o progresista, sino conservador, pues lo que ha hecho es, “bajo una capa emancipadora, someternos a una nueva religión secular, cuyos mandamientos, como sucede en las sectas, no son nunca demostrados sino que basan su validez en la palabra del hechicero. La izquierda, al menos en Francia, se cree todavía la leyenda de Freud como liberador, judío progresista, amigo de las mujeres... pero en realidad tuvo simpatías por los cesarismos políticos del siglo XX, como testimonia una dedicatoria extremadamente afectuosa que le hizo a Mussolini en 1933... Fue misógino y falócrata”. Las opiniones homófobas de Freud –quien también vio la masturbación como una patología– son traídas a colación por Onfray para redondear su retrato.
El día que vino Marilyn
La hija del padre de todo, Anna Freud, trabajará –a pesar de que su título era el de maestra– como psicoanalista de niños. Pero su paciente más célebre será la actriz Marilyn Monroe. Onfray lo recuerda: “En 1956, un Rolls se detiene frente a la consulta de Anna Freud. La actriz está a punto de hundirse en otra depresión nerviosa y desaparece durante una semana de un rodaje en Londres para echarse en el diván de Anna. Marilyn le confiesa que ha leído La interpretación de los sueños y que le encanta desnudarse en público. Anna la sienta en el extremo de una larga mesa y le da unas canicas de vidrio para, en función de lo que haga con ellas, emitir un diagnóstico. Marilyn lanza las canicas una tras otra. La doctora emite su oráculo: eso es el deseo de un contacto sexual. En los archivos del centro está su ficha, que dice: ‘Impulsividad exagerada, necesidad constante de aprobación exterior, no tolera la soledad, tendencia a las depresiones...’”
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de no curar el alzheimer"
Por Marta Ricart
Fotos de Roser Vilallonga
A esta neuróloga que divide su tiempo entre Estados Unidos y España, Pasqual Maragall le dedicó el premio Goya del documental sobre el alzheimer Bicicleta, cuchara, manzana. Teresa Gómez Isla es uno de los nuevos referentes en la investigación del alzheimer, la enfermedad neurodegenerativa que origina una enorme tragedia personal, familiar y social. Encarna el modelo de médico que no concibe atender a pacientes sin intentar avanzar en la lucha contra
la dolencia
La neuróloga Teresa Gómez Isla (Madrid, 1965) es la médico que trata el alzheimer, entre otros pacientes, del ex alcalde de Barcelona y ex presidente catalán Pasqual Maragall. El político le dedicó el premio Goya que recibió este año el documental Bicicleta, cuchara, manzana, que, a partir del seguimiento de Maragall y de otros casos, narra cómo se inician en la convivencia con el alzheimer los afectados. La médico recibió con reservas la idea del documental, pero accedió a colaborar, cuenta, porque el director, Carles Bosch, le prometió “insinuar las miserias de la enfermedad sin sacarlas”.
Gómez Isla estudió Medicina y se especializó en Neurología en la Universidad Complutense y el hospital 12 de Octubre de Madrid, pero nada más acabar (en 1994) se fue a Estados Unidos, donde se superespecializó en demencias. En el 2000 volvió para ejercer en España, en la clínica Universitaria de Navarra, y de ahí la fichó el hospital de Sant Pau de Barcelona en el 2004 para dirigir su unidad de memoria (el laboratorio de investigación del alzheimer).
En el 2009, el hospital General de Massachussetts, en el que había estado, le ofreció también dirigir un grupo de investigación en alzheimer, unido a la atención de pacientes con demencia y a un puesto de profesora en la Universidad de Harvard. “He hecho un esfuerzo –dice– al volver a Estados Unidos con mi familia (está casada y tiene tres hijos). Era una oportunidad profesional, sí, pero también de crear un puente entre dos instituciones médicas y contribuir a que jóvenes neurólogos españoles puedan investigar en EE.UU., y los de allá, aquí”. En ambos países enseña a estudiantes de Medicina, neurólogos en formación y jóvenes investigadores. Tras la entrevista, se va corriendo a la lectura de tesis de una alumna de doctorado.
La neuróloga es reacia a hablar de lo que no sea su profesión, pero explica que siempre tuvo claro que quería ser médico –pese a no haber antecedentes en la familia– y que siempre le interesó el cerebro. Por ello, ve el alzheimer como una tragedia. Le conmueve sobre todo “que te quita lo más bonito, tus recuerdos”.
El interés despertado por el documental sobre el alzheimer –“también se pasó en el hospital de Massachussetts y emocionó como aquí”, apunta– no ha alterado la vida laboral de Gómez Isla, bastante ajetreada ya con sus idas y venidas mensuales entre Boston y Barcelona. En torno a un 90% del tiempo lo pasa allá, y el 10% restante, supervisando el trabajo del laboratorio español. De donde puede saca un hueco para la música o para descubrir nuevos pueblos y ciudades con sus hijos.
La experiencia del documental sí ha reforzado, apunta, su convencimiento de que difundir lo que se conoce de la enfermedad debe ser, como investigar, irrenunciable en el ejercicio de la medicina.Entrevista
Seguro que no pensó que su currículum podría incluir premios cinematográficos.
Nunca se me hubiera ocurrido.
¿En que ayuda a los enfermos el documental Bicicleta, cuchara, manzana u otras iniciativas de difusión?
Ayudan en el sentido de que ponen ante la sociedad un problema que está ahí y que durante mucho tiempo ha sido un tabú. Ayudan a explicar la dolencia a la gente y a dar visibilidad a los enfermos, los cuidadores y a todos los médicos que se pelean por cuidar a los pacientes mientras no tengamos una cura y se busca. El alzheimer es uno de los problemas más importantes a los que nos estamos enfrentando y debe tener la atención que merece [la neuróloga participa en el comité científico de la fundación que creó Maragall para dar a conocer e investigar la enfermedad].
¿Qué tal paciente es Pasqual Maragall?
Muy bueno.
¿Sabe que cuando Maragall hizo público el diagnóstico, más de uno, maliciosamente o por desconocimiento, atribuyó al alzheimer sus llamadas maragalladas, sus iniciativas políticas de cuando era alcalde o presidente que pillaban por sorpresa hasta a sus colaboradores. ¿Tienen relación ambas cosas?
No puedo responder sobre esa época, porque yo me hice cargo de su cuidado médico hace unos tres años y medio. Sí creo que cuando tomó la decisión de hacer público su problema, fue valiente y generoso. Quizás se entenderá mejor cuando pase más tiempo, pero sobre todo él nos ha ayudado a que la gente entienda que hay una fase inicial, de síntomas ligeros, en la que los pacientes pueden llevar una vida no del todo normal, pero casi, y que es una fase muy desconocida. Porque esta enfermedad se visualiza cuando el enfermo ya está en una fase avanzada. Para lo que sirve sobre todo conocer cada vez más esta enfermedad es para diagnosticarla antes, en las fases iniciales poco conocidas, en que hay enfermos que no son conscientes de que algo va mal, pero otros que sí y que quieren tener información y participar activamente en su cuidado y en tomar decisiones. El caso de Pasqual Maragall ilustra muy bien la necesidad de que conozcamos esas etapas e incorporemos en la batalla a los enfermos, que también quieren opinar y ayudar.¿Qué primeros síntomas alertan del alzheimer?
El primer síntoma de alerta en la mayoría de los casos –no en todos– es la pérdida de memoria, sobre todo de información adquirida recientemente, como conversaciones o acontecimientos de hace poco que se tiene dificultad para recordar. Cuando eso empieza a hacerse sostenido, a verse que se cometen más fallos de memoria, que se repite varias veces la pregunta y olvida la respuesta, que se cuenta varias veces la misma historia…, esos suelen ser los primeros síntomas. En muchos casos, los enfermos llegan al médico y se les diagnostica en fases más avanzadas, pero a medida que se está difundiendo más información, llegan más pacientes en fases iniciales. La gente ha aprendido que si hay una pérdida de memoria que preocupa debe acudir al médico. Primero, para desmontar un mito: que el alzheimer no es la única causa de todas las pérdidas de memoria. Pero también se debe acabar con el mito de que es una consecuencia inevitable del envejecimiento. Esta es una de las cosas que desgraciadamente hicieron que la enfermedad pasase inadvertida, que no se le concediera importancia, durante años; hoy sabemos que esto no es envejecer saludablemente, que las personas pueden envejecer y seguir funcionando bien hasta los cien años. La edad avanzada es el primer factor de riesgo del alzheimer, pero no todas las personas que envejecen van a sufrirlo. Ni tampoco es sólo una enfermedad de edad avanzada –uno de cada 10 pacientes es menor de 60 años–. Aunque, la incidencia se duplica por cada cinco años que se cumplen a partir de los 65; y a partir de los 85 años, afecta a entre un tercio y la mitad de la población.
¿El alzheimer está latente en una persona durante años?
Hay evidencias de que los cambios en el cerebro pueden iniciarse incluso décadas antes de que se manifiesten los primeros síntomas, así habría una etapa en que la persona no tendría síntomas, pero el daño en el cerebro es latente.
¿Y hay una fase inicial de negación de la enfermedad?
No es tanto negación como que a veces no tener conciencia de los síntomas es parte de la enfermedad. Pero hay casos en que los pacientes sí son conscientes de sus fallos, lo que les genera gran frustración.
Cuando llega el paciente al diagnóstico, ¿el daño es irreversible? ¿Se puede parar?
En estos momentos, no hay nada capaz de prevenir la enfermedad de Alzheimer, curarla ni de retrasar el avance de la dolencia en el cerebro.
¿Y qué hay?
Medicamentos que retrasan transitoriamente la progresión de los síntomas, y eso hace que el enfermo pueda seguir conservando cierto grado de autonomía durante más tiempo. A veces conseguimos que los síntomas se estabilicen seis meses, un año, a veces algo más, eso es beneficioso para el enfermo, pero necesitamos dar un paso mucho más allá.
¿Qué se investiga?
Lo que queremos es no desarrollar ya tratamientos frente a los síntomas, sino interferir en el proceso neurodegenerativo en el cerebro, impedir las lesiones, actuar sobre las proteínas amiloide y tau que causan las anomalías en el cerebro y matan las neuronas. Hay decenas de ensayos en marcha, muchos de los cuales lo que intentan es o evitar que se acumule anormalmente la proteína amiloide o bien limpiarla del cerebro. Y lo mismo con la tau. También se desarrollan fármacos que protejan las neuronas de los cambios causados por estas proteínas. Y se están buscando marcadores de la enfermedad que permitan diagnosticarla cuando el enfermo no tiene síntoma alguno, pues después ya es tarde. Se buscan marcadores en la sangre, en el líquido cefalorraquídeo… que combinados con las técnicas de neuroimagen permitan detectar los cambios en el cerebro. Una técnica que se ensaya, por ejemplo, es con tomografia de emisión de positrones (PET) y un trazador que se inyecta, llega al cerebro del paciente y se une a los depósitos de proteína amiloide y los hace visibles. Es un sistema que se intenta validar, comprobar si todas las personas que tienen depósitos de proteína en el cerebro desarrollarán la enfermedad. Ya se ha visto que más de un 20% de las personas de 65 años que participan en la investigación y que no tienen síntoma alguno tienen esos depósitos. La pregunta es ¿desarrollarán la enfermedad? ¿Todos?
¿En esto trabaja usted también?
Un proyecto en que me he implicado es buscar cerebros de personas que mueren con lesiones características del alzheimer (placas de amiloide y ovillos neurofibrilares), pero que nunca desarrollaron síntomas de la enfermedad, para ver si dan pistas de por qué no se destruyeron sus neuronas.
Se habla mucho de los factores de riesgo y de prevención del alzheimer. Si influye la alimentación, si el ejercicio físico protege la memoria…
Sí. Hay dos factores de riesgo en esta enfermedad que no podemos modificar: la edad avanzada y la historia familiar –las personas que tienen familiares de primer grado con alzheimer tienen mayor riesgo de desarrollarlo–. Hay unas pocas familias en que la enfermedad se manifiesta temprano, a los 40 o 50 años, y se han encontrado en esas personas defectos genéticos que han ayudado a entender cómo se procesan mal, para que lesionen el cerebro, unas proteínas que todos tenemos. Hay otros factores que hemos visto que aumentan el riesgo de alzheimer, que son los mismos que ponen en riesgo el corazón: lo que es bueno para el corazón, es bueno para el cerebro y viceversa. La diabetes, la hipertensión y los niveles elevados de colesterol se ha visto que también incrementan el riesgo de alzheimer. Así, la recomendación de dieta mediterránea y hacer ejercicio está ahí. Lo que falta por ver es si beneficia al funcionamiento de las neuronas o actúa a través de la buena salud cardiovascular. Es difícil de corroborar con estudios. Ahora, ¿son suficientes una dieta sana y el ejercicio para prevenir el alzheimer? No. ¿Pueden ayudar? Sí
Evidentemente, esta es una enfermedad que no entiende de clases sociales ni de niveles culturales; puede afectar a cualquiera. Se ha hablado mucho de mantenerse intelectualmente activo; sí, de nuevo, no puede perjudicar, pero en sí mismo parece que no es capaz de prevenir la enfermedad. El mantenerse activo, sobre todo socialmente activo, participar en actividades sociales enriquecedoras, es bueno para el cerebro. Un síntoma que hemos visto en los enfermos de alzheimer es que pueden dejar de interrelacionarse socialmente, de tener hobbies. La pregunta es si personas que eran menos activas tenían mayor predisposición a desarrollar la enfermedad o si redujeron la actividad por la enfermedad. Es difícil de medir. ¿Cómo medir cuánto estimula una familia a un enfermo?
¿Cuándo tiempo se puede sobrellevar la enfermedad?
La supervivencia desde que se notan síntomas oscila entre cuatro y ocho años, pero algunos pacientes viven hasta 20 años con la enfermedad. Depende de a qué edad empezaron los síntomas, de otros problemas de salud que pueda tener la persona. Eso sí, los pacientes pasarán casi la mitad del tiempo en fases avanzadas.
¿El alzheimer pilló por sorpresa a la sociedad? ¿Cómo se entiende que se diagnosticara por primera vez hace más de cien años, pero que parece que no existiera hasta hace un par de décadas?
La enfermedad la describió el médico alemán Alois Alzheimer en 1906 en una enferma que tenía 51 años cuando mostró los primeros síntomas. Durante muchos años se consideró una rareza y no se estableció la conexión de que esta enfermedad podía ser la causa más frecuente de demencia en personas de edad avanzada. En las últimas dos décadas se ha avanzado mucho sobre todo por dos cosas: que se desveló la composición bioquímica de las lesiones cerebrales descritas por Alzheimer (las proteínas amiloide y tau), y el hallazgo de defectos genéticos en unos casos raros estadisticamente, pero que permiten entender los mecanismos que conducen a la aparición de los cambios neurodegenerativos e investigar la dolencia y fármacos.
¿Usted cree que verá la cura?
Yo espero que sí. La impresión general es que no se conoce el cerebro.
¿Es una sensación que comparten los especialistas?
Yo no tengo esta impresión. Creo que se sabe mucho, aunque queden aún cosas por saber. El cerebro para mí es el órgano más importante y merece más atención de la que se le ha prestado. Y los científicos tenemos la obligación de divulgar lo que sabemos y hacemos, pero es cosa de todos. Sin los enfermos que se prestan a participar en ensayos, o quienes donan sus cerebros al fallecer, no habríamos avanzado. No ha calado aún lo suficiente que la gente puede ayudar de muchas maneras.
Usted es un joven cerebro que emigró a EE.UU. ¿Han cambiado las cosas en España? ¿Ahora se puede trabajar bien aquí?
Yo me fui por primera vez al acabar la residencia de Neurología porque quería cuidar enfermos, pero también hacer investigación para intentar encontrar soluciones a esas enfermedades. A mi vuelta, vi que la situación era diferente para mejor. Hay muchísima gente excelentemente formada; pero tenemos una cuenta pendiente en unir clínica (atención de pacientes) e investigación básica. A los médicos se les tiene que conceder tiempo para sus proyectos de investigación y tienen que convivir en los recintos con investigadores. En EE.UU., un médico que investiga no se considera un bicho raro y los hospitales se esfuerzan por que sus médicos tengan laboratorios. Y hay una gran diferencia: allá en la carrera de Medicina ya hay oportunidad de investigar. Aquí, esta oportunidad no existe, se la debe fabricar uno. Por eso es por lo que me fui, por lo que he vuelto y lo que me gustaría promover. Allá también hay mucho más dinero para la investigación. Aquí, la inversión que se hace es del todo insuficiente.
Pues con los recortes presupuestarios…
Los recursos son muy limitados, y en un momento de crisis creo que es un gravísismo error recortar en investigación. Es que no podemos permitirnos el lujo de no curar el alzheimer. Este es el gran desafío. No nos podemos permitir no curar la enfermedad porque no tenemos recursos suficientes para hacer frente a que el número de enfermos se multiplique. Se estima que en España hay 600.000 afectados y, dada la esperanza de vida, se prevé que en el 2050 este número de pacientes pueda haberse triplicado. ¿Quién va a cuidar de esos enfermos? ¿Cómo?
El alzheimer tiene un enorme coste personal y social.
En EE.UU. se calcula el coste sanitario anual por enfermo en 35.000 dólares, en España se ha estimado en torno a 25.000 euros. A eso hay que añadir que los cuidadores muchas veces son familiares que sufren física y emocionalmente, que un tercio de estos se deprime, que generan más ingresos médicos y que hay una pérdida de oportunidades tanto para el paciente como para quien le cuida, porque si una persona tiene el padre o la madre con alzheimer y debe dejar de trabajar o renunciar a según qué para tener más tiempo para él… O se debe encontrar a alguien que lo cuide, muchas veces, personas no formadas profesionalmente… Es muy difícil convivir con esta enfermedad y tiene un coste muy elevado. El alzheimer es una tragedia para el individuo que lo padece y un sufrimiento y desafío muy grande para su entorno, pero además es uno de los desafíos del siglo XXI para la sociedad. Necesitamos a todo el mundo. Somos miles de médicos e investigadores los que estamos luchando contra reloj por encontrar una solución, que estoy convencida de que llegará, pero todas las manos son pocas. En nuestro país no hay mucha tradición en donaciones, pero hace falta más financiación pública y también privada.
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Un ordenador como un USB
Realmente barato -solo unos 17 euros-, está apoyado en el software libre y está totalmente equipado
Numerosos proyectos puestos en marcha por gobiernos y organizaciones han buscado la manera de poner al servicio de los estudiantes equipos informáticos que mejoren su rendimiento escolar y les preparen mejor para el futuro. Una fundación de Reino Unido cree haber dado con la clave: un ordenador diminuto y realmente barato, apoyado en el software libre.
David Braven, líder de la compañía de videojuegos Frontier Development que ha creado títulos como Kinectimals para Kinect-Xbox 360 y LostWinds para Wii, y su fundación Raspberry Pi han presentado su pequeña creación con la que espera poder llegar a los centros educativos de todo el mundo gracias a su manejabilidad y su precio.
Realmente barato -solo unos 17 euros-, está apoyado en el software libre y está totalmente equipado
Numerosos proyectos puestos en marcha por gobiernos y organizaciones han buscado la manera de poner al servicio de los estudiantes equipos informáticos que mejoren su rendimiento escolar y les preparen mejor para el futuro. Una fundación de Reino Unido cree haber dado con la clave: un ordenador diminuto y realmente barato, apoyado en el software libre.
David Braven, líder de la compañía de videojuegos Frontier Development que ha creado títulos como Kinectimals para Kinect-Xbox 360 y LostWinds para Wii, y su fundación Raspberry Pi han presentado su pequeña creación con la que espera poder llegar a los centros educativos de todo el mundo gracias a su manejabilidad y su precio.
El miniordenador, llamado también Raspberry Pi, es del tamaño de un pen drive o de un dedo y se pondrá a la venta totalmente equipado por unos 25 dólares (unos 17 euros). ¿Cómo de equipado? Pues perfectamente preparado para navegar, utilizar herramientas de ofimática y semejantes o reproducir contenido el alta definición. Constará de un núcleo ARM11 a 700MHz apoyado por una memoria SRAM de 128MB sobre OpenGL ES 2.0, es decir, suficiente para reproducir vídeo compuesto a 1080p a través de la salida HDMI de uno de sus extremos.
En el otro, un puerto USB para conectarse a un hub de control. Y junto al chip, una ranura para la conexión de memorias SD, MMC o SDIO. Todo según la versión provisional.
Es aún más barato que el proyecto puesto en marcha por Indra que logró fabricar chips en India por unos 35 dólares. Hardware eficiente busca software gratuito
Para que este proyecto de la Fundación Raspberry Pi acabe por convertirse en algo realmente útil es necesario que aumente la cantidad de software especializado para la educación disponible para su plataforma.
El fin social de esta organización es, según cita textualmente su web, “fomentar el estudio de la informática y los temas relaciones, especialmente a nivel escolar, y devolver la diversión al estudio de la informática”. Por eso piden abiertamente la colaboración a los desarrolladores de programas que encajen con su proyecto.
Esta iniciativa es cuatro veces más barata que la de One Lapton per Children (OLPC), que ya ha llevado ordenadores portátiles de calidad mínima a niños de 7 países en América, África y Asia. La ventaja de OLPC es que se trata de un producto completo, con todo el hardware periférico incluido. Sin embargo, el proyecto Raspberry Pi es mucho más versátil y su precio puede optimizarse consiguiendo hardware adecuado, como pantallas y teclados donados por esa otra parte de la sociedad con recursos suficientes como para seguir el elevadísimo ritmo de la renovación y el desfase tecnológico
www.elpais.es/
En el otro, un puerto USB para conectarse a un hub de control. Y junto al chip, una ranura para la conexión de memorias SD, MMC o SDIO. Todo según la versión provisional.
Es aún más barato que el proyecto puesto en marcha por Indra que logró fabricar chips en India por unos 35 dólares. Hardware eficiente busca software gratuito
Para que este proyecto de la Fundación Raspberry Pi acabe por convertirse en algo realmente útil es necesario que aumente la cantidad de software especializado para la educación disponible para su plataforma.
El fin social de esta organización es, según cita textualmente su web, “fomentar el estudio de la informática y los temas relaciones, especialmente a nivel escolar, y devolver la diversión al estudio de la informática”. Por eso piden abiertamente la colaboración a los desarrolladores de programas que encajen con su proyecto.
Esta iniciativa es cuatro veces más barata que la de One Lapton per Children (OLPC), que ya ha llevado ordenadores portátiles de calidad mínima a niños de 7 países en América, África y Asia. La ventaja de OLPC es que se trata de un producto completo, con todo el hardware periférico incluido. Sin embargo, el proyecto Raspberry Pi es mucho más versátil y su precio puede optimizarse consiguiendo hardware adecuado, como pantallas y teclados donados por esa otra parte de la sociedad con recursos suficientes como para seguir el elevadísimo ritmo de la renovación y el desfase tecnológico
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Phil Spector reste en prison
Ses avocats réclamaient l'annulation de la condamnation pour meurtre du producteur. En vain. Retour sur l'affaire.
La condamnation du producteur américain de rock Phil Spector (foto ) à la prison pour le meurtre d’une ancienne actrice a été confirmée lundi par une cour d’appel californienne, a annoncé la justice.
Le légendaire producteur, âgé de 71 ans, avait été condamné en mai 2009 à 19 ans de prison pour avoir tué par balle dans son manoir, en 2003, l’ancienne actrice de série B Lana Clarkson, quelques heures après l’avoir rencontrée dans une boîte de nuit où elle travaillait comme serveuse. Il est actuellement incarcéré à Corcoran, en Californie.
Les avocats de Phil Spector réclamaient l’annulation de la condamnation, estimant que le juge n’aurait pas dû permettre au jury d’entendre les témoignages de cinq femmes ayant été menacées par le producteur avec une arme pour avoir refusé ses avances.
Mais les trois juges de la cour d’appel du 2e district de Californie n’ont pas partagé leur avis. «Les preuves montrent que, sous l’emprise de l’alcool et en perdant le contrôle face à une femme seule qui suscitait en lui un intérêt sentimental ou sexuel, Phil Spector a eu une saute d’humeur soudaine», écrivent les juges. Selon les magistrats, le producteur «était fou de rage et a menacé la femme avec un pistolet quand elle a refusé d’accéder à ses demandes». Pour eux, les preuves montrent que «la cause de la mort de Lana Clarkson ( foto ) n’était ni un accident ni un suicide».
Phil Spector a toujours clamé son innocence et sa défense a affirmé que l’ancienne actrice de 40 ans, déprimée par l’échec de sa carrière artistique, s’était suicidée à son domicile, dans l’est de Los Angeles. Mais le procureur Alan Jackson l’avait dépeint pendant le procès comme un excentrique fou des armes, avec «une histoire empreinte de violence» envers les femmes.
Le producteur est considéré comme l’un des génies du rock grâce à la technique d’enregistrement dite du «mur du son» qu’il avait mise au point dans les années 1960 au profit d’artistes comme John Lennon, George Harrison, les Ronettes ou les Ramones.
(Source AFP)
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Un historiador y un psicólogo analizan la morbosa fascinación que generó en los miembros del ejército alemán los asesinatos y saqueos durante la Segunda Guerra Mundial
Ese mito ya se había resquebrajado con la célebre exposición «Vernichtungskrieg. Verbrecher der Wehrmacht» (Guerra de Exterminio. Crímenes del ejército alemán) que recorrió Alemania entre 1995 y 1999, y que en algunas ciudades generó protestas.
Los testimonios de soldados alemanes recogidos en su libro por Nietzel y Wetzer no dejan lugar a dudas de que matar y saquear no les producía ningún problema ético y, además, les generaba placer.
Conversaciones grabadas
Esas declaraciones directas y desgarradas las encontró Neitzel en archivos británicos y estadounidenses a los que accedió cuando efectuaba una investigación sobre la guerra en el Atlántico. Se trata de transcripciones de conversaciones entre soldados alemanes en cautiverio en las que no ocultan el placer que sintieron al matar, y que fueron grabadas sin que lo supieran y con el fin de obtener información militarmente relevante.
El cuarto día de la guerra de Polonia
«ya me gustaba (lanzar bombas)»
«El segundo día de la guerra de Polonia tuve que lanzar bombas sobre una estación en Posen. No me gustó. El segundo día, me dio igual, y al cuarto ya me gustaba», dijo un soldado en una conversación grabada el 30 de abril de 1940. Y agregó: «Nuestra diversión matutina era cazar soldados enemigos a través de los campos con ametralladoras y dejarlos tendidos con un par de balas en la espalda».
Otro, al describir un bombardeo en el que los caballos «saltaron por los aires», dijo que le daban lástima, pero no la gente. «Los caballos me daban lástima, la gente no. Los caballos me dieron lástima hasta el último día», explicó a uno de sus compañeros de cautiverio.
El Holocausto, nada especial
El Holocausto, por contra, aparece con relativa poca frecuencia en esas conversaciones, una circunstancia que los autores del libro atribuyen a que para los soldados no se trataba de algo especial.
Un soldado contó como un oficial de las SS
le invitó a filmar un fusilamiento masivo
Cuando abordan el tema queda claro que están al tanto de lo que ocurría, e incluso uno de los soldados le cuenta a otro como un oficial de las SS lo invitó a presenciar y filmar un fusilamiento masivo de judíos ofreciéndole, que si no tenía tiempo por la mañana, podría organizarle otro por la tarde.
«El exterminio de los judíos forma parte de lo que sabían los soldados y en mayor grado de lo que las últimas investigaciones sobre el tema podían hacer pensar», afirman los autores del libro.
Espontaneidad y sinceridad
La espontaneidad y la sinceridad son el gran valor de estas conversaciones frente a los testimonios directos de soldados que participaron en la Segunda Guerra Mundial, pues generalmente maquillan sus verdaderas sensaciones.
Las cartas desde el frente eran una versión
de la guerra sólo para la familia
Por su parte, las cartas desde el frente eran una versión de la guerra destinada sólo al consumo familiarque naturalmente ocultaba muchas cosas.
Y las memorias de veteranos de la Segunda Guerra Mundial presentan, por último, el problema de la deformación, a veces involuntaria, de los recuerdos que suele darse con el paso del tiempo, sumada a la necesidad de los autores de presentar una imagen respetable.
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"La verdad, la justicia y el estilo de vida americano ya no son suficientes", asegura el superhéroe en el último número del cómic
La portada del último número de Superman, el 900. Ap
Barcelona (Redacción).- "Hablaré mañana en las Naciones Unidas y anunciaré que renuncio a la ciudadanía de Estados Unidos". Así de contundente se muestra Superman, el superhéroe e icono estadounidense, en el último número de DC Comics, que salió a la venta el pasado miércoles. "Estoy harto de que mis acciones se interpreten como instrumentos de la política de Estados Unidos", manifiesta agriamente el superhéroe ante un Consejero de Seguridad de la Casa Blanca en Irán. "La verdad, la justicia y el estilo de vida americano ya no son suficientes". Y es que Superman aspira a ser un superhéroe global.
El periodista del Daily Planet realiza esta declaración política en el número 900 del cómic que protagoniza. La editorial, DC Comics, suele aprovechar los números redondos para dotar a sus personajes de giros vitales que ofrezcan nuevos alicientes para los lectores y las historias puedan enriquecerse con nuevos argumentos. Superman, con estos cambios, ha llegado a morir y a resucitar, a casarse con su eterna enamorada, Lois Lane, e incluso ha visto como sus poderes se transformaban en otros.
Aunque nacido en Krypton, Estados Unidos ha sido desde su más tierna infancia la patria de acogida del famoso héroe en el Planeta Tierra, cuando aterrizó en las páginas del cómic en 1938. Según cuenta en su edición digital el diario británico The Guardian, la declaración de Superman ha encendido los ánimos de los conservadores estadounidenses, que han reaccionado con disgusto ante estas frases 'antipatrióticas'. Lo cierto, sin embargo, es que en las páginas de la historia, Superman únicamente amenaza con tomar esta medida, aunque nunca la lleva a cabo.
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